Peritos forenses y arqueólogos entraron ayer por primera vez con orden judicial al Valle de los Caídos, tumba y mausoleo del dictador Francisco Franco, para exhumar a cuatro personas que murieron durante la Guerra Civil española, en un paso histórico para las víctimas, gracias a la lucha tenaz de la familia de dos anarquistas cuyos cuerpos yacen junto a su verdugo. Custodiados por la Guardia Civil y en medio de una gran expectativa mediática, los expertos del Instituto Torroja de Ciencias de la Construcción -dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español-, atravesaron la puerta principal del monumento franquista, que durante décadas permaneció infranqueable ante el reclamo de las familias de las víctimas.

La resistencia, no obstante, se mantuvo respecto de la intención de los familiares de asistir a los trabajos de los expertos para ser testigos de unos hechos sin precedentes, que permitirán sacar a la luz uno de los capítulos más oscuros de la historia de España. "Es un error esta negativa, porque hemos prestado colaboración en todo momento", aseguró el abogado de las víctimas, Eduardo Ranz.

Un conductor a bordo de una furgoneta mató ayer al menos a nueve personas e hirió a otras 16 al atropellar a varios peatones en el centro de la ciudad canadiense de Toronto, antes de ser detenido por la policía.

Al dar la cifra de víctimas, el subjefe de policía de Toronto, Peter Yuen, dijo que el vehículo fue encontrado y su conductor arrestado, pero agregó que aún se investigaban las causas, así que no podían asegurar que fuera un atentado.

El hecho ocurrió hacia las 13.30 locales, cuando una furgoneta blanca al parecer se subió a una vereda cerca de una esquina y condujo una cuadra a unos 60 o 70 kilómetros por hora, atropellando todo a su paso.

La policía dijo que cerró la intersección de la calle Yonge Street con la avenida Finch para investigar el suceso, al tiempo que urgió a la gente a evitar el área. Además, el servicio de subte en la zona fue suspendido.

Imágenes de CBC mostraron a varias personas que eran atendidas en la calle cerca de una estación de subte.

El primer ministro Justin Trudeau expresó sus condolencias y dijo que estaba recibiendo información del incidente.

"Nuestros corazones están con todos los afectados", dijo Trudeau ante la Cámara de los Comunes del Parlamento canadiense.

Un testigo, Jamie Eopni, dijo que estaba dentro de una cafetería cuando vio a la furgoneta avanzando por Yonge Street.

"Se estaba chocando todo. Destruyó un banco. Si hubiese habido alguien habría sido atropellado en la vereda", contó Eopni.

El hecho coincide con la celebración en Toronto de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G7, que están tratando, entre otros temas, medidas antiterroristas y contra el extremismo yihadista.