Al menos 50 personas murieron y cerca de 100 resultaron heridas ayer por la mañana en un ataque con misiles contra la estación de Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde miles de personas esperaban un tren para salir de la región asediada por fuerzas rusas.

Al menos cinco niños han muerto en el ataque a la ciudad ucraniana de Kramatorsk, que se encuentra en la región de Donetsk, parcialmente prorrusa.

Según informó el gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, el número de heridos ingresados en hospitales se eleva a 98, muchos de ellos de gravedad. Kirilenko responsabilizó a "los fascistas rusos" de haber dirigido su ataque con misiles "Tochka-U" en una acción premeditada contra la población civil.

Miles. El alcalde de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, calculó que había unas 4.000 personas en la estación en el momento del ataque. 

Las autoridades llevaban dos días apremiando a la población civil a abandonar esas regiones y advirtiendo que las tropas rusas preparaban una gran ofensiva para hacerse con el control absoluto de ellas.

Por otro lado, las milicias prorrusas de Donetsk han acusado a Ucrania del ataque. "El Ejército ucraniano ha atacado con cohetes Kramatorsk", ciudad controlada por Kiev, dijo la oficina de defensa territorial de las milicias. Kramatorsk es considerada la base militar ucraniana en la región separatista de Donetsk.

Según los separatistas prorrusos, el ataque fue llevado a cabo con misiles tácticos Tochka-U, cuyos fragmentos cayeron en las inmediaciones de la estación del tren. Varias fuentes progubernamentales rusas en Telegram han afirmado que el Ejército ruso no tiene a su servicio misiles Tochka-U.

Instantes después del ataque, en medio del estupor, de las decenas de cuerpos sin vida en las calles, los gritos y la desesperación, se encontró el misil sobre una porción de pasto con una inscripción espeluznante: "Por nuestros niños".

Espeluznante. Tras el ataque, se encontró un misil sobre una porción de pasto con una inscripción espeluznante: "Por nuestros niños". 

El alcalde de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, calculó que había unas 4.000 personas en la estación en el momento del ataque. "Algunas personas han perdido una pierna, otras un brazo. Ahora están recibiendo asistencia médica. Los hospitales están llevando a cabo unas 40 operaciones simultáneas", dijo el alcalde en una publicación en internet.

Según Kirilenko, la estación fue alcanzada por un misil balístico de corto alcance Tochka U que contenía municiones de racimo, las cuales explotan en el aire, rociando pequeñas bombas letales sobre un área más amplia. "Querían sembrar el pánico y el miedo, querían llevarse al mayor número posible de civiles", señaló. El uso de municiones de racimo está prohibido por una convención de 2008.

Enojo. El incidente mortal despertó el enojo y la reacción del presidente de Ucrania y de la comunidad mundial.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo que no había tropas ucranianas en la estación. "Las fuerzas rusas (dispararon) contra una estación de tren ordinaria, contra gente ordinaria, no había soldados allí", dijo al Parlamento de Finlandia en un discurso por video.

Las autoridades ucranianas dicen que Rusia está reagrupando fuerzas tras retirarse de la periferia de la capital, Kiev, con el fin de poner en marcha una nueva ofensiva para intentar obtener el control total de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, parcialmente en poder de los separatistas respaldados por Moscú desde 2014. En los últimos días, los funcionarios regionales han instado a los civiles a huir de las zonas orientales antes de la esperada embestida.

Hasta ahora, las fuerzas rusas no han logrado tomar ninguna ciudad importante, enfrentadas a una resistencia ucraniana inesperadamente fuerte y acosadas por lo que, según los funcionarios de inteligencia occidentales, han sido problemas logísticos, de suministro y de moral.

Reuters y Efe