Emblemática. La plaza de San Marcos, un emblema de Venecia, está llena de agua por la mortal inundación en un lugar muy recorrido por turistas.

La mortal inundación ya alcanzó en Venecia el récord histórico de 1966, dijeron ayer las autoridades italianas, llegando la marea a los casi 190 centímetros. La plaza San Marcos y los hoteles quedaron inundados, mientras se observaban escuelas, teatros y clubes cerrados, además de embarcaciones hundidas.
En la isla de Pellestrina, ubicada frente a Venecia, murió un anciano alcanzado por un rayo mientras intentaba reparar una bomba hidráulica, y el lugar sigue sin electricidad y prácticamente aislado. Además se mencionaba el caso de un anciano que falleció de un infarto cuando vio que el agua invadía su casa en Pellestrina.


La situación reactivó las polémicas por el Mose, que desde hace más de 15 años intenta crear un complejo sistema de diques móviles para proteger Venecia de las cada vez más frecuentes inundaciones como la que afecta estos días a la turística ciudad italiana, la más grave del último medio siglo.
La obra contra las ‘aguas altas‘ es el ‘Módulo Experimental Electromecánico‘, el Mose, un acrónimo de alusiones bíblicas ya que en italiano es el nombre de Moisés, el profeta hebreo que abrió las aguas del Mar Rojo.


El objetivo de Mose es aislar con sus tres barreras de diques móviles la ciudad de los canales, Patrimonio de la Humanidad, de las mareas que llegan desde el Mar Adriático.


‘No podemos cuantificar los daños. Mañana (por hoy) hay un Consejo de Ministros que se hará cargo de la solicitud de un estado de emergencia‘, dijo el primer ministro Giuseppe Conte, quien recorrió la ciudad.


Al ser consultado por el Mose, el funcionario aseguró: ‘Estamos en la recta final (de la obra); estamos en 92-93 por ciento del trabajo‘. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores Luigi Di Maio anunció una moratoria para familias y empresas.

Histórica. Bomberos trabajando en las calles de Venecia, que enfrenta una histórica inundación.

Su par de Cultura, Darío Franceschini, informó que ‘se ha activado la unidad de crisis para verificar y asegurar el patrimonio cultural desde las primeras horas de alerta en Venecia‘. Por su parte, el alcalde Luigi Brugnaro escribió en su cuenta de la red social Twitter que Venecia ‘está de rodillas. La basílica de San Marcos ha sufrido graves daños como toda la ciudad y las islas‘. Y dijo que ‘es necesario terminar el Mose, el agua no se detiene con las manos o los discursos‘. ‘Estamos a solo un respiro del apocalipsis, a un pelo del desastre‘, dijo el fiscal de la Basílica de San Marco, Pierpaolo Campostrini a la agencia de noticias ANSA.


‘El agua entró en la basílica, inundó el piso y rompió las ventanas en la cripta, inundándola. La cosa es peligrosa porque el agua podría haber provocado problemas a las columnas que sostienen la basílica‘, añadió.


La marea no perdonó al famoso Teatro La Fenice, que, si bien no vio dañada su estructura, la inundación invadió las áreas de servicio haciendo inutilizables los sistemas eléctricos y contra incendios. Por eso los conciertos se cancelaron.
La inundación provocó, además, numerosos daños en el centro histórico de la ciudad, donde cerca de 60 barcos fueron dañados, incluidos algunos vaporetti, las clásicas embarcaciones de transporte público en la ciudad de los canales.
En 1966 se registró el alza de mareas histórico, cuando las aguas superaron el nivel normal de 180 centímetros y el 96 por ciento de la ciudad se inundó.

Venecia está construida sobre pilares de madera sobre el agua, por lo que su impresionante patrimonio arquitectónico y artístico se ve especialmente afectado por el cambio climático, según expertos. El Instituto de Ciencias Marinas del Consejo Nacional para las Investigaciones advirtió ayer que el cambio climático hará que las inundaciones sean ‘cada vez más extremas y frecuentes‘.


El fenómeno del ‘agua alta‘ en Venecia, la subida de las mareas, alcanzó a las 22.50 del martes pasado los 187 centímetros. Las sirenas que anuncian las subidas de la marea sonaron hasta tres veces durante la noche y los daños en la ciudad se podrán cuantificar sólo cuando se retire el agua, aunque el alcalde ya avanzó que serán de varios cientos de millones de euros.