La llegada del Papa. La gente estuvo expectante a la llegada de Francisco al Parque O"Higgins. Los sanjuaninos dijeron presente pese al calor, que fue compensado con los enormes tanques de agua.

En plena madrugada, las banderas amarillas y blancas, las canciones religiosas y la euforia por ver al papa Francisco hicieron que todos mantuvieran encendido el entusiasmo. Esto, a pesar de que los fieles no durmieron y aguantaron el frío de la noche y el calor insoportable de la mañana. Así, firmes, sin moverse de su ubicación y hasta comiendo poco, los peregrinos disfrutaron ayer de la misa del papa Francisco en el Parque O"Higgins, un espacio verde de unas 75 hectáreas.

Las filas para entrar al parque parecieron eternas. Sin embargo, el ingreso fue veloz. De hecho, hubo algunos que no hicieron ni 5 minutos de fila para entrar a la zona de la misa. Esto, a pesar de que hubo que pasar varios controles y en algunos hasta revisaron cada cosa que los fieles llevaban en los bolsos o mochilas. En contraposición, la salida del parque fue complicadísima (ver aparte).

Los grupos de peregrinos llegaron con bolsacamas, colchones inflables, frazadas y hasta con recortes de nailon para que la humedad del pasto no les causara más frío. En todo el parque el césped cubre la superficie y eso hizo que todos pudieran estar cómodos tirados en el suelo. La noche comenzó agradable, pero con el paso de las horas, en plena madrugada a nadie le alcanzaban los abrigos. Algunos hasta buscaron las bolsas donde habían llevado botellas con agua para taparse y protegerse del frío. A partir de las 4 la temperatura bajó notablemente. Y aunque algunos se recostaron en el pasto, la noche se pasó bien y con mucho ánimo de fiesta. Cuando el sol comenzó a asomarse, y se distinguían con más facilidad los rostros de las demás personas, la alegría se dejó de ver. Es que hasta ese momento el frío no estaba dando respiro. Cuando el sol salió por completo todos comenzaron a untarse con los protectores solares y se pusieron gorras para estar lo más seguros posible. Es que el sol se hizo sentir con intensidad.


Estas inclemencias y el cansancio, que en algunos rostros fue indisimulable, no impidieron que la gente disfrutara de la extensa jornada. Sobre todo, cuando el Papa pisó el parque. Los gritos, las risas, las lágrimas y hasta los pedidos desesperados para conseguir una bendición fueron moneda corriente en cada uno de los fieles. Es que Francisco, antes de comenzar la misa, pasó en el papamóvil por todos los rincones del espacio verde.

La previa de la misa, la recorrida del Papa tuvieron muchos momentos emocionantes. Al igual que la celebración religiosa, en la que Francisco instó a buscar la Justicia y la Paz. A la vez, empatizó mucho con los chilenos cuando habló de las sanciones para los pedófilos y abusadores. En ese momento la gente se puso de pie para aplaudirlo.

La misa no duró más de una hora. Eso bastó para que todos volvieran a sus casas sintiendo que habían cumplido el objetivo y que tanta euforia, frío y calor valieron la pena.


Como un domingo
 

Ayer se decretó feriado para que la gente vea al Papa y el corazón de Santiago estuvo casi vacío. Gran parte de los paseos de compras, las ferias y los supermercados estuvieron cerrados. En las paradas de colectivo sólo hubo dos o tres personas y en las calles los vehículos casi ni se vieron en toda la jornada.

Momentos destacados

La entrada al parque

Desde la medianoche del lunes, muchos fieles llegaron a ver al Papa en el parque. Los sanjuaninos fueron puntuales y muchos comenzaron a llegar cerca de las 2 de la mañana de ayer. Pasaron varios controles de seguridad y se ubicaron a unos 200 metros del altar.

El cansancio en la vigilia 

Muchos grupos llegaron en la madrugada con entusiasmo. Pero la espera se hizo demasiado larga, sobre todo para los que estuvieron en el parque con niños. Hubo varias personas que se acostaron a dormir en el pasto como si estuvieran de campamento, en pleno frío.

La emisión en las pantallas

Cuando el Papa dejó la Nunciatura, el lugar donde pasó la noche, las pantallas gigantes del Parque O"Higgins comenzaron a transmitir el recorrido hasta la Casa de la Moneda. En el parque todos los fieles locales aplaudieron y hasta cantaron el Himno de Chile con mucha fuerza.

La cercanía de Francisco

Algunos ya lo habían visto el día anterior en La Alameda, la avenida principal de Santiago. Sin embargo, todos gritaron y saltaron de alegría cuando el papamóvil recorrió las calles internas del parque. Esto fue antes de la misa. Hubo zonas por las que Francisco pasó dos veces.

La Eucaristía a los presentes

Durante la misa, casi al finalizar, el Papa anunció que llegaba el momento de comulgar. Cientos de voluntarios y sacerdotes salieron a los distintos rincones del parque, identificados con una cruz roja altísima y visible desde lejos, para que la gente recibiera la Eucaristía.