Más de 100.000 bielorrusos se juntaron ayer en el centro de Minsk en el marco de la marcha de la paz y la independencia convocada por tercera vez por la oposición en protesta contra la represión policial y contra la permanencia en el poder del presidente Alexandr Lukashenko, en el poder desde hace 26 años.

La multitud colmó las avenidas de la Independencia y los Vencedores. La participación en la marcha fue comparable a la del domingo anterior: la misma cantidad de manifestantes salió a las calles de la capital, de acuerdo con observadores.

Cientos de efectivos de la policía acordonaron el monumento "Minsk, ciudad-héroe", junto al cual se han reunido decenas de miles de manifestantes.

Efe