Un año después de las elecciones que le dieron la victoria, el presidente de EEUU, Joe Biden, despertó ayer en un Washington menos amable para su partido, el demócrata, obligado a hacer examen de conciencia tras su derrota en el estado de Virginia.

Recién aterrizado de su gira europea, el mandatario tuvo que afrontar nada más llegar de madrugada a la Casa Blanca la cruda realidad de que el candidato demócrata a gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, había perdido en el mismo estado que Biden ganó por 10 puntos hace justo un año.

Además, en Nueva Jersey, lo que los demócratas consideraban un mero trámite para reelegir a su gobernador, Philip Murphy, se convirtió en una contienda tan ajustada que todavía no está claro si el candidato republicano, Jack Ciattarelli, les arrebatará la plaza.

El multimillonario Glenn Youngkin se convirtió en el primer gobernador electo republicano del estado de Virginia en una década, tras una victoria electoral lograda gracias al apoyo de los partidarios más fervorosos del expresidente Donald Trump, que complica la agenda de Gobierno del presidente Joe Biden y su Partido Demócrata.

El triunfo de Youngkin, de 54 años, sobre el demócrata Terry McAuliffe en las elecciones a gobernador celebradas el martes pasado marca un abrupto giro para un estado que se había inclinado por los demócratas en el último decenio.

Las elecciones fueron la primera prueba del ánimo de los votantes desde la asunción de Biden, y los resultados parecen mostrar frustración con la gestión del demócrata y prefigurar un complicado año por delante antes de los comicios legislativos de noviembre de 2022, cuando el oficialismo buscará retener sus exiguas mayorías en el Congreso.

Télam