Policías amotinados. Hay alerta y preocupación en el gobierno por el acuartelamiento de policías que se niegan a reprimir las protestas.

La tensión volvió a escalar en Bolivia ayer, cuando la mayoría de la oposición rechazó una invitación del presidente Evo Morales a dialogar, las Fuerzas Armadas advirtieron que no intervendrán en la crisis y la Policía continuó amotinada y protestó en las calles. Paralelamente, un gobernador, dos alcaldes y un senador electo, todos del partido de Morales, anunciaron sus renuncias -y uno de ellos se sumó a las protestas-, y una caravana opositora denunció que fue víctima de un ataque en el que al menos una persona quedó gravemente herida.

El jefe de Estado invitó en la tarde de ayer a las tres fuerzas opositoras con representación parlamentaria a un diálogo con "agenda abierta". "Convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas (legisladores) en las últimas elecciones, con una agenda abierta, a debatir para pacificar Bolivia, al diálogo de manera urgente inmediata", dijo el mandatario en conferencia de prensa.

Sin embargo, pocos minutos después, dos de esos partidos rechazaron la invitación. "Le toca hoy, señor Evo Morales, tomar una decisión; su decisión es la que va a definir su propio destino y el destino de Bolivia; nosotros no tenemos nada que negociar con usted", dijo en un video el expresidente Carlos Mesa, segundo en la elección presidencial, en la que su partido ganó 50 bancas en la Cámara de Diputados y cuatro en el Senado.

"No vamos a participar en ese diálogo; este no es un problema sólo de partidos, no es sólo un conflicto entre políticos; hay una ciudadanía movilizada que clama por nuevas elecciones y eso no se puede obviar", sostuvo el senador Oscar Ortiz, cuarto en la competencia presidencial y con nueve diputados y un senador electos, según el diario paceño Página Siete.

Por otra parte, cientos de policías uniformados, acompañados por miles de civiles, marcharon por las calles paceñas hasta la catedral, mientras la prensa local reportó acuartelamientos o motines en las nueve capitales departamentales y en El Alto, la estratégica ciudad vecina a La Paz.

El primer motín estalló el viernes por la tarde en Cochabamba y ayer seguía expandiéndose.

Fuerzas Armadas llaman a la cordura

Por primera vez desde que estallaron las protestas y tras descartarlo explícitamente en los días previos, Morales sugirió una eventual intervención militar para conjurar la crisis al pedir a las Fuerzas Armadas "preservar la nueva Bolivia" de los grupos que, según él, quieren dividir al país. Pero las instituciones militares, "enmarcadas en la democracia y las leyes, garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo, al que nos debemos", respondió el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, en conferencia de prensa. Kaliman advirtió que "los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser solucionados en el marco de los más altos intereses de la patria antes de llegar a momentos irreversibles".

Morales, en tanto, seguía denunciando un intento de golpe de Estado, algo de lo que lleva alertando desde que al día siguiente de la votación la oposición lo acusó de fraude.