La ciudad de Kenosha (Wisconsin, Estados Unidos) vivió hasta la madrugada de ayer fuertes disturbios después de que agentes de la Policía le dispararan a un afroamericano por la espalda, un incidente captado en video y que desató una ola de indignación. El individuo, identificado como Jacob Blake, se encuentra en el Hospital Froedtert de Milwaukee en condición grave, informaron ayer las autoridades locales.

El incidente se produce después de las multitudinarias protestas por la muerte el 25 de mayo en Mineápolis (Minesota) del afroamericano George Floyd, quien fue asfixiado por un policía blanco.

Blake es negro, otro más en la lista, y les dispararon policías blancos. Sucedió en la localidad de Kenosha. Raysean White, de 22 años, pasaba por allí y grabó el incidente. Difundió las imágenes y en la ciudad de Wisconsin ardieron las protestas. Tres meses después del gran cataclismo propiciado por la muerte bajo custodia policial del afroamericano George Floyd, en Minneapolis, los conflictos raciales y enfrentamientos con uniformados siguen provocando protestas y destrucción.

En Kenosha (EEUU), una multitud se congregó el domingo al anochecer en el sitio donde, según muestra el video, la Policía local disparó varias veces y a muy corta distancia en la espalda de Blake. Según la estación local WISN, de la cadena FOX, el hombre baleado "estaba siendo arrestado por un incidente de violencia doméstica y, por alguna razón, varios agentes trataron de someter al sospechoso".

En respuesta a las imágenes, alrededor de las 10 de la noche hora local los manifestantes marcharon hacia el Edificio de Seguridad Pública de Kenosha coreando "Sin justicia, no hay paz".

Una hora más tarde un camión municipal de recolección de basuras, colocado para impedir el paso hacia la jefatura de policía, quedó envuelto en llamas mientras la Policía disparaba granadas de gas lacrimógeno.

Algunos manifestantes también rompieron los cristales de algunos comercios y quemaron vehículos que estaban estacionados en la calle.

La policía de Kenosha ofreció pocos detalles sobre lo ocurrido, pero aseguró que los agentes respondieron a una llamada por violencia doméstica la tarde del domingo. Las autoridades locales declararon el estado de emergencia e impusieron un toque de queda, que comenzó a medianoche y se prolongó hasta las siete de la mañana de ayer.

Además, el condado de Kenosha informó que el Edificio de Seguridad Pública y los tribunales de la urbe permanecerán cerrados debido a los daños registrados durante las protestas.