Ariel Fernando ‘Peti’ Tapia, el chico de 12 años que el sábado pasado fue visto por última vez cuando iba a buscar un amigo a metros de su casa de Villa Angelita, Santa Lucía, sigue sin aparecer y el caso sigue envuelto en un misterio. En la Policía dijeron que no descartaban que el niño se haya ido por voluntad propia a raíz de un problema familiar o bien que haya sido víctima de una maniobra criminal, pero hasta ayer en la Fuerza no había nada concreto en torno a estas hipótesis. Por su parte, el ministro de Gobierno Adrián Cuevas minimizó el caso al decir en declaraciones radiales que ‘no hay que crear una psicosis. Siempre que sucedieron casos similares eran por peleas con la familia, novios o pareja’.
En la Policía indicaron que ayer alrededor de 40 efectivos de la Regional Capital, Comisaría 29na, Comisaría 5ta, Subcomisaría Santa Lucía Este, Seguridad Personal y del D3 de la Central (todos dirigidos por el comisario mayor Aníbal Zárate) rastrillaron barrios, villas y zonas de Santa Lucía, sin éxito. Por eso, si en las próximas horas la búsqueda sigue sin arrojar resultados, los rastrillajes se extenderán a otros departamentos.
Mientras la búsqueda familiar y policial continúa, la noticia generó conmoción en las redes sociales y por eso ayer usuarios de Facebook habían creado una página con la foto y datos del niño para tratar de obtener alguna información sobre su paradero. Hasta armaron una cadena de oración para pedir por su aparición.
En torno a las hipótesis, en la Fuerza se barajaba la posibilidad de que el chico se haya ido de su hogar a raíz de algún conflicto familiar, pero no tenían pruebas concretas que apoyaran esa teoría. Sin embargo, Cuevas dijo que ‘no hay que crear una psicosis como siempre ha sucedido. Hay indicios de los cuales se está trabajando en una línea. Generalmente siempre se suceden estos hechos por conflictos intrafamiliares’.
Ayer, también circuló una versión que ligaba el caso al narcotráfico, pero en la Policía dijeron no tener pruebas para sostener esa teoría. Tampoco hay elementos para suponer que se trata de un secuestro porque no hubo llamados extorsivos; en cambio hubo llamados con pistas falsas.
‘Mi pareja trabaja en un lavadero y no andamos en cosas raras. Mi hijo no tenía problemas con nadie y creo que se lo llevaron, pero no tenemos nada, estamos desesperados’, dijo Alejandra Silva.
