El escaso apego y defensa a las instituciones no pareciera ser un defecto sólo del Gobierno, sino también de aquellos que a la hora de ser beneficiados no piensan en el costo que eso implica para el país. El oficialismo da por superado el caso de Martín Redrado, luego de su renuncia, y ahora busca el número de legisladores necesario para liberar el uso de reservas del Banco Central que destinaría a ayudar a las provincias a pagar deudas, financiar proyectos de infraestructura y comprar empresas.

En el fondo, la autonomía del Banco Central, tan defendida días atrás, ahora puede ser algo secundario porque los intereses sectoriales o políticos tienen primacía sobre el bien común. El concepto de independencia de los bancos centrales tiene un objetivo primordial: la estabilidad de precios. La independencia efectiva puede desviarse bastante de la independencia legal, y más en las economías en desarrollo que en las industrializadas. Por eso, otro indicador para medir la autonomía de un banco central es la rotación efectiva, a diferencia de la legalmente obligatoria, de los presidentes de los bancos. La mayor rotación señala que existe una mayor vulnerabilidad política de quien administra la política monetaria.

Argentina tiene uno de los peores historiales de la región. Desde que se creó el BCRA, en 1935, pasaron 55 presidentes, contra 30 en Chile, creado en 1925, o 28 en Brasil que comenzó en 1964. En promedio, los mandatos duraron en el país 1,4 años, contra 2,8 en Chile o 2,6 en Uruguay. Usualmente, la fuente de todos los conflictos entre el gobierno y el banco central pasa por el hecho de que la autoridad monetaria tiene la potestad de la emisión de moneda.

Los políticos suelen preferir políticas monetarias más laxas, de mayor emisión, para impulsar el crecimiento por el lado de la demanda, aún a costa de inflación. Por eso es importante que exista un organismo del Estado que tenga una perspectiva más allá de la política de corto plazo. Si el Gobierno confiscó los ahorros en las AFJP, considera derrotada a la prensa independiente con la ley de medios, y ahora captura al Banco Central, ¿contra quién será la próxima embestida? No faltan quienes señalan que la mira estaría puesta en la Corte Suprema y en la justicia en general, luego de los reveses sufridos en este último tiempo.

Néstor Kirchner y la Presidenta saben que necesitan dinero para llegar con posibilidades a 2011, y que ese objetivo se debe lograr a cualquier precio, aunque haya que menospreciar o ignorar a las instituciones, la división de poderes y el futuro de los argentinos.