Brasil quiere pasar de ser la sexta economía en el mundo, para convertirse en un líder y para ello ha decidido sortear una de las vallas más difíciles de sobrepasar que lo han tenido alejado de los primeros planos internacionales: la corrupción.

Sumado a una cruzada de los derechos humanos que la presidenta Dilma Rousseff está liderando con la creación de una Comisión de la Verdad para descubrir lo que realmente pasó durante la última dictadura, en Brasil comenzó la semana pasada el mayor juicio por corrupción, algo impensado tan sólo un par de años atrás.

El lunes último comenzaron los alegatos de la defensa del ex Jefe de Gabinete, José Dirceu, uno de los 38 acusados por una gran campaña de compra de votos durante la presidencia del popular Luiz Inácio Lula da Silva, cuya sentencia se espera a mediados de setiembre próximo. La acusación señala al ex ministro Dirceu como jefe de una asociación ilícita que usó dineros públicos en beneficio electoral para el Partido de los Trabajadores (PT) y para sobornar a decenas de diputados que apoyaran al gobierno.

Los alegatos terminarán tres días después que las Olimpiadas de Londres, el 15 de agosto, y se espera que la Justicia brasileña pueda instruir de cargos a varios políticos corruptos. Seguramente esta carrera contra la corrupción no le dará lauros tan inmediatos como los de los deportistas para que inspiren a otros atletas para las Olimpiadas de Río a disputarse en 2016, pero será la mejor carrera de la vida política del país que le permitirá soñar con convertirse en una nación líder en el plano internacional, dejando definitivamente el mundo del subdesarrollo.

Evo y la bebida capitalista

El 21 de diciembre próximo es la fecha establecida en Bolivia para que se deje de vender Coca Cola, una medida que el gobierno de Evo Morales adoptó en sintonía con el calendario maya y para celebrar "el fin del capitalismo y el comienzo de la cultura de la vida”.

No es una broma, sino de un anuncio del canciller David Choquehuanca, que pareciera escapado de aquellos actos donde Evo dijo que el capitalismo era el responsable del homosexualismo y la calvicie, "enfermedades” transmitidas por las hormonas en las carne de pollo. No es la primera vez que Evo se pronuncia sobre la Coca Cola, porque cuando se refirió a los pollos dijo que la Coca Cola servía para destapar inodoros, por lo que de alguna forma a la bebida del capitalismo había encontrado algo de utilidad. Bolivia no sólo dejará la Coca Cola de lado a fines de 2012, porque el canciller Choquehuanca anunció que "el 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la división, el 21 de diciembre tiene que ser el fin de la Coca-Cola, y el comienzo del mocochinchi (refresco de durazno). Los planetas se alinean después de 26.000 años”.

Evo que tanto critica al capitalismo, lo único que hará es provocarlo aún más, ya que generará en Bolivia un mercado negro de Coca Cola -ahora cuesta la mitad del jarabe de durazno-, empezará a cotizarse a precios estratosféricos. Así como tuvo que dar marcha atrás con el aumento de los combustibles o por la construcción de una carretera en la selva boliviana, seguramente el gobierno tendrá que retroceder con esta insólita medida.

Mientras tanto, los bolivianos intentarán beber lo que más puedan de "Cuba libre”, su trago preferido en base al "refresco capitalista”. Los directivos de Coca Cola jamás hubieran tenido tanta creatividad para montar una campaña publicitaria tan positiva y eficiente.