La reconstrucción a nuevo de los 16,5 kilómetros del canal Sarmiento -uno de los brazos principales de la matriz de riego provincial, que beneficia a las áreas de cultivo del Sur sanjuanino- va más rápido de lo previsto inicialmente: ya registra un avance del 87% de la obra física, y las autoridades creen que estará terminado antes de que termine el año, según informaron los responsables del Prosap que el fin del semana pasado realizaron una recorrida por los trabajos. ‘’El plazo de obra es de 2 años (arrancó en febrero de 2012) y eso se cumpliría en marzo del 2014, pero los adelantos que han tenido los trabajos nos permiten pensar que estará terminada a fin de año’’, dijo Héctor Llera, Coordinador del Prosap en la provincia, luego de un recorrido realizado con el ministro de Producción, Marcelo Alós.

El funcionario dijo que se logró adelantar el trabajo porque el canal estaba tan destruido que ‘es como si se hubiera hecho de cero’’. Pero además influyó que justamente por estar tan roto se había hecho hace unos años un canal paralelo -el Cochagual, de tierra- por donde se continuó enviando el agua de riego mientras se construía el canal principal con hormigón armado. El Canal del Norte, que se terminó en el 2009, demoró porque hubo que alternar los días de cortes del regadío para avanzar con la obra. Marta Paz, jefa del proyecto Canal Sarmiento, agregó que el canal principal está terminado en un 98%, y comprende el Gran Comparto (donde el canal Sarmiento empalma con el Céspedes, en el límite entre Pocito y Rawson-ver infografía), el comparto Broquen -que deriva al canal Centenario- y el comparto Chacritas, que deriva a los canales Tercero y Cochagual. ‘’Lo que está más atrasado es la red secundaria, el canal Cochagual, por ejemplo, recién se inicia y tiene un 18,81 por ciento de avance’’, explicó Paz. El canal Sarmiento se hizo entre los años 50 y 60 y nunca se lo reparó. En el terremoto del 77 se destruyó fuertemente, y en los últimos años sólo conducía el 20% del agua de riego que Hidráulica entregaba, lo que obligó a construir un canal paralelo -el Cochagual-, que era de tierra pero evitaba que se perdiera menso agua. De todos modos también se filtraba y perdía agua, además que el material fino que se desprendía provocaba embanques y limitaciones de caudal a conducir. Al hacerlo de nuevo, el canal tendrá un 60% más de capacidad de conducción, llegando a los 14 m3 por segundo, lo que permitirá incrementar en casi 4.000 hectáreas la superficie de riego que actualmente sólo es de 9.000.