Gracias al avance de la ciencia, el cobre gana espacios en el rubro de la salud por su poderoso potencial antimicrobiano. Últimas investigaciones posicionan al metal rojo como un eficaz bactericida natural con el poder de controlar una gran variedad de hongos, algas y microbios peligrosos. Ergo, el cobre se constituye en un valioso aliado a la hora de combatir enfermedades intrahospitalarias.
A principios de este mes y vía online, la Universidad de Southampton (Inglaterra) realizó una transmisión en vivo a través de la cual el Profesor William Keevil, investigador en microbiología y director de la Unidad de Salud y Medioambiente de esta universidad, desarrolló un experimento en directo denominado "Resistencia a los antimicrobianos y su propagación global". CUYO MINERO participó de esta transmisión y desde allí pudieron obtener aportes más que interesantes.
Mediante tecnología de punta, llamada microscopía fluorescente, se mostró la acción del cobre en la erradicación de la bacteria MRSA o Staphylococcus aureus, una de las superbacterias más resistentes a los antibióticos por su capacidad de sobrevivir por días, e incluso meses, en superficies de uso diario como pasamanos, grifos y manijas de puertas. El MRSA puede infectar pulmones, huesos y circulación sanguínea en pacientes de larga estadía en hospitales, presencia de heridas quirúrgicas y proximidad con otros pacientes que estén infectados con este organismo.
“El cobre es un antimicrobiano de gran poder, que de forma rápida y continua reduce el número de bacterias al contacto con su superficie. Un cambio de las superficies de contacto común en los hospitales por superficies con cobre, puede ayudar a romper la cadena de infección, dando lugar a un ambiente más higiénico, que debe tener un impacto positivo en el bienestar de los pacientes", destacó Keevil.
El uso del cobre pude rastrearse en la historia antigua, en tiempos del Imperio Romano, momento en el que los pobladores utilizaban utensilios de cobre para cocinar y guardar agua. Tiempo después, los científicos comenzaron a considerar cómo podían ser aprovechadas las propiedades antimicrobianas del cobre para entregar beneficios adicionales. Tras varios años de estudio, los investigadores pudieron determinar que el cobre tiene el poder de controlar una gran variedad de hongos, algas y microbios peligrosos; es antimicrobiano en ambientes acuosos y húmedos y tiene una amplia gama de usos como desinfectante natural.
El 29 de febrero del 2008 en Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental -Environmental Protection Agency (EPA), su denominación en inglés-, aprobó el registro de más de doscientas setenta aleaciones de cobre reconociendo su propiedad bactericida cuando éstas se utilizan como recubrimientos en superficies de contacto para aplicaciones en salud pública. Actualmente las aleaciones aprobadas por la EPA llegan a 282. “La certificación de propiedades antimicrobianas del cobre le abrió enormes oportunidades de mercado en el ámbito de la salud pública y privada, en medios de transporte masivos, salas de espera, baños públicos, establecimientos educacionales. Sin embargo, se deberán sortear desafíos técnicos específicos a cada una de las diferentes aplicaciones del cobre antes de que se pueda aprovechar su propiedad antimicrobiana”, explicó desde Chile Hernán Sierralta, Director de Comunicaciones de ICA Latinoamérica. ICA es la sigla de International Copper Association, Ltd., la principal organización internacional conformada para promover el uso del cobre en todo el mundo.
En lo que respecta a la aplicación del cobre en hospitales, hay experiencias en el mundo y en Sudamérica, Chile fue el país pionero en ese sentido. Es el caso de la “Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Salvador Allende”, Calama, en el norte del país vecino. “Esta sala fue acondicionada con aplicaciones de cobre en las superficies de alto impacto y con objetos y utensilios del metal, para determinar científicamente la propiedad bactericida del metal rojo en la reducción de las enfermedades intrahospitalarias” detalló Sierralta.
La experiencia de Calama fue el resultado de un proyecto impulsado por la ICA en 8 centros de salud ubicados en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón y Chile. En 2009 el área de Salud Pública chilena inició mediciones de evaluación que fueron más que satisfactorias. Para supervisar los protocolos de medición y al equipo médico que llevó a cabo este estudio, llegó al vecino país el doctor Michael Schmidt, PhD y subdirector del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad Médica de Carolina del Sur, quien visitó la sala de cuidados intensivos junto con directivos del hospital.
