No fue un día más para la delegación de Sportivo Desamparados desde que se instaló en Barreal. Es que este jueves, pese al frío reinante pero con un sol espectacular, el escenario de su trabajo fue la magnificencia de la Pampa El Leoncito, a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Allí trabajaron por casi 2 horas, demostrando que esta pretemporada se encaró con absoluta profesionalidad y que los frutos llegarán en poco tiempo.
A las 9,30 la delegación ya se instaló en el barreal y después de un breve reconocimiento de la zona, las órdenes de los preparadores físicos -Fabián Alejo y Raúl Fernández- fueron más que claras y comenzó una feroz rutina de trote de casi una hora que dejó ver el cansancio en varios, porque con la altura todo se complica y ayer varios en el plantel lo sufrieron. Luego de ese intenso trabajo, elongaron y maravillados por la grandeza del paisaje, todos volvieron cansados pero conformes. Ya instalados de regreso en el Escuadrón de Gendarmería, llegó el momento del contacto con la pelota, tarea que se realizó a primera hora de la tarde de ayer.
El secretario general de Sportivo, Miguel Jofré, demostró su conformidad por el trabajo que están realizando. "Todos están muy bien, muy enchufados. No hay lesionados hasta ahora y el ritmo de trabajo es duro pero sirve a la vez para que todos vayan conociendo sus propios límites y los de sus compañeros. El grupo se va armando y estamos más que conformes", reconoció el directivo.
El trabajo de pretemporada seguirá hasta el sábado 1 de agosto y hoy la delegación se agrandará porque Silvio Molina, quien terminó con sus trabajos de kinesiología, se sumará al grupo para ponerse a tono con el resto de sus compañeros. El que no viajará será el arquero Pablo Pelayes a quien le inmovilizaron uno de sus pies a raíz de una pequeña fractura del quinto metatarsiano que le impedirá entrenar al menos en esta parte de la pretemporada. Junto a Molina, quien viajará acompañado por el actual presidente Guillermo García, irá el defensor Mauro Palomeque.
