En el delito, las mujeres también buscan igualdad. Dos chicas demostraron ayer que salen a la par del hombre a robar y, cuando quieren, son peligrosas. En un hecho ocurrido en Concepción, Capital, una joven con su cómplice simularon ser pasajeros y atacaron a golpes y a puntazos a un remisero en un intento de asalto. El chofer acabó con al menos 7 puntazos en la cabeza y la mano, y la pareja escapó cuando un vecino largó unos tiros. No tan violento, pero sí dañino fue el episodio protagonizado por otra muchacha y dos jóvenes que entraron a robar a una peluquería de Chimbas. La Policía los sorprendió dentro del local y los tres fueron presos (ver Detenida…).
En el caso de Concepción, la joven y su cómplice estaban frente a una pizzería de av. Rawson, en cercanías de San Lorenzo. ‘Parecía una pareja normal. Estaban bien vestidos, por eso los levanté’, explicó Remberto José Mesías (48), quien a las 23 del lunes se iba a su casa en Chimbas y dio la vuelta para hacer el último viaje para esos jóvenes en su remís Chevrolet Corsa. Cuando abordaron, le ordenaron que fuera a General Acha y Tucumán. ‘Les contesté que las dos calles corrían de forma paralela. Ahí, cambiaron de destino y pidieron que los llevara a General Acha y Corrientes. Sospeché algo raro y la verdad que pensé en pararme en la Seccional 2da, pero seguí suponiendo que no pasaría nada’, explicó el remisero. La chica iba adelante, el joven en el asiento trasero.
Tomaron por Mendoza al Norte y doblaron por Corrientes, hasta que lo hicieron detener antes de General Acha. ‘Cuando me paré, siento que el muchacho me agarra del cuello de atrás y me pega con algo duro en la cabeza. Dame la plata, dijo. Empecé a forcejear y le mordí una mano, ahí le saqué un pedazo de carne. Te voy a matar hijo de p…, me gritaba, y con la otra mano más me clavaba la punta en la cabeza. La chica también me pegaba’, describió el remisero, quien empezó a tocar bocina. Eso lo salvó, porque la gente de esa zona salió de sus casas, incluso un hombre sacó un arma. La pareja entonces bajó del auto y fugó cuando ese vecino le largó dos disparos. Mesías, con la cabeza ensangrentada, después fue auxiliado por la Policía.
