El gran problema que existe en el proyecto Conga es que una de sus vetas (de 15 kilómetros) se encuentra bajo una antigua laguna. La empresa decidió secar las lagunas y crear cuatro nuevas artificiales para beneficiar a los pobladores de la zona. Sin embargo, y más allá de la aprobación de la declaración de impacto ambiental los habitantes se oponen tajantemente a su construcción. Algunas comunidades que no se oponen al desarrollo aducen una gran falta de información y vacíos comunicativos vinculados a la empresa norteamericana Newmont y del gobierno peruano.
