San Juan, 28 de junio.- Lo que comenzó con un simple desmayo, se convirtió en una odisea para una joven sanjuanina. Es que Valeria Gutiérrez, de 28 años, tiene serios problemas por sus plaquetas bajas y lucha en Buenos Aires contra una enfermedad que aún no conoce. Por eso es que necesita ayuda para afrontar una serie de gastos importantes mientras espera por su evolución y el resultado de los estudios.

Todo arrancó en octubre del año pasado, cuando Valeria comenzó a desmayarse sin razón alguna. De inmediato se realizó estudios en el hospital Marcial Quiroga, donde le diagnosticaron que padece un problema de plaquetas bajas. Ya en 2012, los inconvenientes continuaron y a su vez tuvo que ser internada por diversos cuadros (gastritis crónica, aplasia medular, supuesto lupus, cálculos en los riñones y vértigo con pérdida de conocimiento) arrastrados por el drama inicial: el problema de bajas plaquetas. La principal consecuencia que trae sufrir de este problema es la falta de coagulación de la sangre, generando hemorragias excesivas.

“En San Juan no pudieron darme un diagnóstico concreto, por eso el director del hospital Marcial Quiroga, Enzo González Iaiza y el doctor Benavídez, me derivaron a Buenos Aires”, contó Valeria desde el Hospital Fernández, en diálogo con DIARIO DE CUYO ONLINE. Como la joven estudiante de Ingeniería Industrial no posee los recursos necesarios para hacerse atender en Capital Federal, buscó, junto a su novio, ayuda en distintos funcionarios provinciales. Autoridades de la Facultad de Ingeniería, Benjamín Kuchen, ex rector de la UNSJ y el ministerio de Desarrollo Humano, colaboraron con dinero y Valeria pudo viajar, un gesto que la propia joven se encargó de agradecer, al igual que también lo hizo con el doctor Antonio Fernández Deiana, que colaboró en otros aspectos junto a su suegro Rubén Médici.

Una vez en Buenos Aires, la joven fue a atenderse al Hospital de Clínicas, donde le dijeron que el diagnóstico de San Juan estaba bien y sólo le colocaron un suero. “Después volví a desmayarme y a perder el conocimiento, lo que provocó que deba continuar lejos de mi provincia. Comencé a sentirme mal porque la plata que me dieron se termina y no tengo recursos para mantenerme junto a mi mamá tan lejos de mi provincia”, expresó la damnificada.

Valeria junto a su madre fue a la Casa de San Juan en Buenos Aires, enviadas por Desarrollo Humano, para buscar algún tipo de ayuda. Pero en la sede provincial les manifestaron que ese lugar no es alojamiento y que debían alquilar por su cuenta. Pasaron unos días en un hotel y otros en departamentos de gente conocida que les brindó ayuda mientras la joven se realiza sus estudios. Sin embargo todo empeoró cuando Valeria sufrió otro desmayo importante y tuvo que ser trasladada en ambulancia hasta el Hospital Fernández, donde permanece internada desde el miércoles.

“No puedo pensar, no puedo dormir y tampoco pueden colocarme calmantes para no bajarme las defensas. En un día llegaron a pincharme 16 veces para colocarme los distintos medicamentos”, expresó la joven, quien agregó que “ya me atendió un gastroenterólogo, un otorrinolaringólogo, un hematólogo y un neurólogo. Ahora estoy a la expectativa del resultado de esos estudios que demandarán unos 15 días y que implica un gasto importante para el cual no tenemos recursos y necesitamos ayuda”.

Valeria se encuentra con su mamá desde hace unos 15 días en Buenos Aires y el dinero que recibió ya casi llegó a su fin. “Yo por ahora estoy internada y seguiré hasta el martes, pero mi mamá es jubilada y todavía no puede cobrar, por eso necesito ayuda para esperar el resultado de los estudios y también para realizarme un estudio molecular, que es demasiado caro pero que es clave porque determinará qué es lo que tengo”.

Para finalizar, la joven sanjuanina dijo, casi entre lágrimas, que “mi situación es complicada. En primer lugar porque no sé qué enfermedad tengo, a veces mis desmayos duran más de una hora y en segundo porque el dinero que recibimos se nos está acabando y debemos quedarnos varios días más en Buenos Aires. Yo estoy internada, pero mi mamá necesita un lugar para comer y también para dormir”.