Así de clarito como para verlo en el durísimo cruce contra Instituto -un equipo ordenado y trabajado-, el Verdinegro tuvo que resignar ‘jogo bonito’ por actitud. Le salió bien y ahora mira desde arriba al resto.
1 CONFUNDIDO
Los primeros 10 minutos de San Martín fueron para la ilusión porque ahí generó lo mejor de juego asociado de toda la noche con precisión, velocidad y mucha actitud. Fueron apenas 10 minutos de brillo porque después, la combatividad de Instituto en el medio le fue cerrando caminos y San Martín terminó metiendo pelotazos repetidos, previsibles y sencillos para el fondo cordobés. Otra vez, San Martín se dio el lujo de regalar un tiempo pero le alcanzó con la reacción en el complemento para terminar sonriendo. La cara negra del Verdinegro se vio en esos 45′ iniciales donde pasó de la inspiración a la confusión total. Incluso, con susto que por la categoría de Pocrnjic no terminaron en algo más.
2 DESPIERTO
En el complemento, San Martín fue otro. Recuperó algo de claridad con Torresi, creció Becerra y así encontró el gol y la llave del partido porque con ese tremendo zurdazo del Chucho, pudo quebrar a Instituto. Fue la llave del juego y casi la pierde San Martín que se vio obligado a apretar los dientes para sal.ir en ganador. La pasó mal y otra vez respondió Pocrnjic para sostener la ventaja. Llegó el momento decisivo del juego y ahí, San Martín dejó clarito que el manual de la categoría lo tiene bien aprendido porque cuando tuvo la chance de liquidarlo, lo hizo. Sin brillar, sin lucirse pero asegurando puntos que son punta.
3 RECETA
Este San Martín es el efectivo. Sin tirar manteca al techo pero sabiendo en cada minuto qué busca. La solidez de su convicción es hoy por hoy su estandarte y le alcanza para seguir ganando. En Italiano, sufrió pero ganó. Contra Instituto, fue overol, pala y pico y terminó siendo puntero de la B Nacional. No hay misterios. Este San Martín no brilla pero tampoco detiene su marcha. Eso, hoy sirve. El ‘jogo bonito’ puede esperar.
