Dicen que los milagros no existen en el fútbol pero Sportivo Desamparados estuvo a punto de lograr uno que podría haberlo salvado del descenso. Estuvo muy cerca, demasiado cerca. En esta apasionante definición en la B Nacional, Desamparados tenía que vencer primero al empinado Rosario Central y esperar que Chacarita no ganara. Consiguió el milagro a medias. Con mucha dignidad, con gran convicción y practicidad, Sportivo le ganó a Central por 3-2 aunque el triunfo no alcanzó para entrar en Promoción porque Chacarita goleó a Patronato para males de Desamparados. Pero este Sportivo que hoy mastica bronca más que dolor porque debió despertarse antes en la temporada, dejó regada la cancha de dignidad. Se fue de la B Nacional sacudiendo a un grande que peleaba por subir. Lo ganó Desamparados de punta a punta. Con orden, entrega y contundencia para aprovechar sus momentos. Fue partido de ida y vuelta y en ese trajín, Sportivo estuvo cara a cara con un milagro que no fue.

De entrada y acorde a las pretensiones de uno y de otro, Rosario Central fue el que salió a apretar. Lo complicó a Desamparados con ese arranque pero apareció Aguiar para tranquilizar a todos con el mano a mano que le ganó a Medina. Ahí Sportivo empezó a crecer. Hizo pie y a los 25’ dio señales de vida en ofensiva cuando Corvalán exigió a García con un remate que se clavaba en el primer palo. De ahí en más, se emparejó todo y a los 31’ Germán Gigena abrió la cuenta tras un

gran pase de Alvarez. Fruto para una jugada que en la semana la practicaron varias veces. Sintió el impacto Central y se fue enceguecido a buscar el empate. A los 36’ Ferrari parecía que lo lograba pero llegó el cierre provindencial de Calgaro para sostener la ventaja puyutana. A los 45’, Biglieri anticipó en el primer palo y metió el cabezazo pero Aguiar, en gran maniobra, la sacó al córner.

En el complemento, Rosario quiso arrancar igual. Metió presión, se fue encima de Sportivo pero en la primera contra que tuvo el Víbora, Gigena definió con clase ante García para poner el 2-0 de la esperanza. Central se jugó el resto. Apuró y descontó con un cabezazo de Castillejos. Y después, con un golazo de Méndez, llegó al empate. Y ahí, otra vez Desamparados demostró que tiene dignidad porque fue a buscar ese triunfo que debía lograr y le tocó a Sergio Oga ser el protagonista para poner el 3-2. Desde ese momento, todo fue de Sportivo. Central, aturdido y golpeado, quería y no podía. Desamparados se aferraba a una victoria que no alcanzaba pero que se la debían. Llegó el final y no hubo milagro. Desamparados hizo su parte en este capítulo final pero toda su dignidad no fue suficiente como para completar ese milagro que para muchos era imposible desde hace tiempo.