Buenos Aires, 28 de agosto.- El para agropecuario mereció en
su primera jornada de realización el apoyo de la oposición y el
rechazo del Gobierno, en un cruce de opiniones que reiteró las
posturas ante conflictos anteriores.

El ministro de Economía, Amado Boudou, sostuvo que "nunca las
posiciones que hacen tensar el diálogo son una buena idea para una
sociedad que crece en su conjunto", al tiempo que recordó que en
el último encuentro del Gobierno con la Comisión de Enlace
"tuvimos la posibilidad de anunciar una serie de medidas" para el
sector.

Por su parte, el diputado de Unión-PRO Francisco de Narváez
justificó el paro al señalar que "es lo que decide cualquier sector
cuando ve que sus derechos son tan maltratados".

"No hay ninguna duda que es una cuestión ideológica: es una
decisión de los Kirchner de ver no solamente el campo, sino al
interior del país como el enemigo", consideró el legislador reelecto.
En declaraciones a radio La Red, De Narváez se quejó de que se
haya "vetado la ley que asistía a la zona de desastre y de
emergencia en el sur de la provincia de Buenos Aires, que está sufriendo la seca y también sufrió la plaga de la langosta y tuvo pérdidas irrecuperables".

"La ley que fue sancionada mayoritariamente en diputados y
senadores y fue vetada por la señora presidenta", Cristina Fernández, agregó.

Consultado sobre los comentarios negativos que el jefe de
Gabinete, Aníbal Fernández, efectuó sobre el artículo de la ley de
Emergencia Agropecuaria que eximía del pago de retenciones por 180
días a productores rurales de 22 distritos bonaerenses, De Narváez
evaluó que el funcionario "debería preguntarle al bloque

oficialista por qué la votó unánimemente tanto en diputados como en
senadores".

Por su parte, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, afirmó hoy que el paro nacional
agropecuario "es más que una protesta, es la resistencia del interior en su conjunto contra la vetocracia que se viene".