La última erradicación se hizo en Pocito, en el inicio de esta semana. Los vecinos de la villa Genest dejaron sus ranchos de caña y barro y fueron trasladados con sus pertenencias a un barrio que se levantó en el mismo departamento. Fueron 36 familias, algunas de las cuales llevaban más de 40 años viviendo en el asentamiento que en abril del año que viene hubiera cumplido medio siglo de existencia.
Hasta ahora, el operativo registra casi 5.000 mil familias beneficiadas de 85 villas que usurpaban. Algunos de los terrenos que fueron liberados son del Estado y el Gobierno planea destinarlos a la construcción de barrios para las personas que llevan años anotadas en el IPV. Otros son privados y los propietarios están obligados a hacerles un cierre perimetral.
