La delegación local de la Confederación General del Trabajo (CGT) decidió ayer renovar el mandato de las autoridades en abril, en un cónclave en donde predominó el discurso de unidad y consenso. Eduardo Cabello, titular de la central obrera, y Juan José Chica, líder de Las 62 Organizaciones Peronistas, el brazo político del gremialismo, se mostraron conciliadores a la hora de hablar de una negociación de cargos en una futura conducción, luego de una tensa disputa entre los sectores que representan. Según el cronograma que acordaron, en febrero se conformará la junta electoral para convocar a los comicios internos.
En ese marco, ayer se reunieron unos 30 dirigentes de diferentes sindicatos para plantear el recambio y al menos en lo discursivo, reinó la aspiración a una lista de consenso. El período de la actual conducción vence hoy, pero se dispuso la prórroga de los mandatos hasta el 19 de abril. Si no se llevaba a cabo ese paso, se iba a producir la acefalía en la central, lo que hubiera ocasionado que desde la sede nacional, que es conducida por Antonio Caló y que está alineada con el kirchnerismo, designaran a un delegado normalizador. La extensión de los mandatos da el tiempo necesario para que se efectúe el mecanismo de sucesión. Por eso, el 8 de febrero habrá un plenario de secretarios generales, en el que se constituirá la junta electoral y se fijará la fecha de elecciones, la cual no puede ser posterior al 19 de abril. La disputa entre ambos sectores salió a la luz durante las pasadas elecciones en Las 62, cuando el metalúrgico Julio César Figueroa, alineado con Cabello, amagó con competir e intentó impugnar la victoria de Chica. La jugada generó molestias y éste último le pegó duro al líder de la CGT al remarcar que “no estuvo en momentos en que los trabajadores tuvieron conflictos”.
El control de la confederación de los trabajadores es el máximo escalón del sindicalismo, ya que nuclea a los secretarios generales de los gremios de la provincia. Es un espacio clave de poder porque puede negociar con el Gobierno de turno desde condiciones de trabajo de los empleados, pasando por viviendas y hasta cargos cada vez que hay elecciones. El peso de los referentes gremialistas se refleja en los puestos políticos que han conseguido. Ahora, por ejemplo, el secretario general de UPCN, José Villa, es diputado nacional, mientras que el líder de los mercantiles, Raúl Ávila, es legislador provincial.
En ese sentido, Cabello reconoció sus intenciones de continuar, mientras que Chica había resaltado que tras la victoria en Las 62 contaba con el poder de fuego para negociar puestos en la futura conducción “porque hoy somos mayoría”.
Sin embargo, ayer se bajaron los decibeles y hubo paños fríos. El titular de la CGT volvió a manifestar sus aspiraciones, pero supeditadas al diálogo. “Vamos a trabajar en una lista de consenso. Si tenemos la grandeza suficiente, vamos a seguir todos juntos”, aseguró. En cuanto a su compañero, dijo que “no creo que venga a hacer una interna. Va a plantear la unidad”. Sobre ese mismo concepto se enroló el referente de la rama política del sindicalismo quien destacó que “vamos a pelear por la unidad”. Asimismo, descartó que aspire a dirigir la central obrera y al ser consultado si apoyará a algún candidato de Las 62 Organizaciones, explicó que se definirá en la mesa de negociaciones.
Chica venía de asestarle una estocada durísima a Cabello cuando en Radio Colón remarcó que “no estuvo en momentos en que los trabajadores tuvieron conflictos”. El líder de la CGT eludió la polémica pero resaltó que “fueron frases desafortunadas” y que “tengo la conciencia tranquila”. Tras los cruces, el acta de prórroga de mandatos se firmó bajo un clima de conciliación. Cabello expresó que la próxima semana la están llevando a Buenos Aires para entregársela en mano a Caló para que la central nacional le dé el OK. El 8 de febrero se hará el plenario en el que la junta electoral interna convocará a las elecciones.
De cara a esos comicios se vislumbran arduas negociaciones entre los 2 sectores de poder en el sindicalismo local para ocupar los puestos fundamentales en la conducción de la central obrera.
