Un concierto de mano izquierda, en punta y cross, apoyado en una inteligente coordinación de desplazamientos, le alcanzó al púgil sanjuanino, de 22 años, Ezequiel Fernández (13-0-0, 2 ko) para ganarle con total claridad por puntos al entrerriano Diego Chaves (12-2-2, 5 ko) en la pelea donde estuvo en juego el título Mundo Hispano del Consejo Mundial de Boxeo en la categoría superligero.

El joven invicto fraguado en el gimnasio “Raúl Venerdini” del club Mocoroa, aprobó con creces el examen que significó la contienda por el cetro en juego. Peleaba por primera vez a diez asaltos y tenía ante si a un rival con casi idéntica cantidad de peleas, pero con mayor experiencia en combates pactados a distancias más largas.

Los interrogantes que despertaba la presentación del hermano menor de “Fito” Fernández, se fueron develando a medida que corrían las vueltas. El joven asimiló la pelea con notable serenidad. Planteó desde un vamos que la lucha sería en la media y larga distancia, apelando a la eficaz táctica de anticipar con el jab recto y continuo a su frontal adversario. Además, en ese boxeo de esgrima, del que entra y sale demasiado erguido (tema a corregir) fue siempre superior a Chaves, quien salvo en el segundo y quinto asalto, en el primero por voluntad y fortaleza y en el segundo porque el pibe sanjuanino se tomó un respiro, nunca pudo ejercer un control como el que plasmó quien fue dirigido por “El Cuti” Barrera, técnico de Lucas Matthysse y hombre de confianza del promotor Mario Arano, quien maneja los destinos profesionales de Fernández.

La velocidad, el anticipo, las combinaciones y la mejor puntería del cuyano fueron marcando la cara de Chavez y también, diferencias en las tarjetas de los jurados.

El final llegó con un “Pac-Man” (apodo con el que conocen al boxeador hincha de Atlético Alianza) variando sus envíos desde distintos ángulos, rematando su faena con decisión.

Le falta aprender algunas cosas, comete errores que son corregibles, pero con lo mostrado el viernes en la ciudad bonaerense de Rojas alcanzó para abrir el crédito a un púgil que cuando alcance mayor firmeza en sus envíos subirá más rápido los escalones hacía la consideración internacional.

Con lo hecho alcanzó y sobró. Ya tiene su primer cinturón. De ahora en más gran parte de lo que suceda con su campaña rentada, depende pura y exclusivamente de su convicción.