El nuevo presidente de Chile, Sebastián Piñera, viajó ayer apenas asumió su mandato, a las localidades de Rancagua y Constitución, donde pidió "coraje" a los chilenos para iniciar el proceso de construcción tras el terremoto y posterior maremoto del pasado 27 de febrero.
Vestido con casaca roja, Piñera tomó un helicóptero para visitar Rancagua, al Sur de Santiago y cerca del epicentro de la mayor de las réplicas de ayer al mediodía.
La mayor de las réplicas de ayer fue levemente menor al terremoto de Haití en enero y Piñera se apuró a declarar a la región más cerca de los nuevos sismos bajo estado de catástrofe con militares a cargo, pero sin toque de queda.
No obstante, testigos dijeron que los daños en Rancagua se centraron en algunos puentes y no fueron tan "significativos" como había informado el mandatario.
Los pobladores, que también corrieron a los cerros preventivamente por miedo a un tsunami, volvieron a poblar las calles con la llegada de Piñera. Hubo apretones de manos, abrazos y besos para el presidente.
Tras su paso por Rancagua, Piñera se trasladó a Constitución y depositó las 87 flores junto a la ribera del río Maule, "por donde entró el mar y causó tanto daño", explicó. El mismo día que asumí el mando de la nación, quiero rendir un sentido homenaje a las personas que perdieron su vida o están desaparecidas en Constitución y abrazar a sus familiares", afirmó Piñera a los pobladores que lo esperaron en la Plaza de Armas de la devastada ciudad.
"Había invitado a almorzar (…) a la presidenta de Argentina, (los presidentes) de Perú, de Colombia, de Uruguay, de Paraguay y de muchos países más. Los tuve que dejar sentados a la mesa con mi mujer porque sentí que mi deber era estar aquí en Constitución y deber haber estado en Rancagua esta tarde", dijo Piñera mientras recorría una de las áreas afectadas.
El flamante mandatario anunció que el viernes enviará al Parlamento un proyecto de ley para entregar un subsidio equivalente a 80 dólares a 4,2 millones de personas.
Destacó que la medida, prometida en la campaña presidencial antes del terremoto, favorecerá "a más de un millón de familias de sectores humildes y de clase media necesitada".
A pesar del dolor, a pesar del sufrimiento, a pesar de la adversidad, debemos ser capaces de secar nuestras lágrimas con coraje y voluntad", dijo el mandatario.
El mandatario sostuvo que el maremoto que asoló la ciudad "no solamente botó viviendas, sino los sueños de las personas que construyeron estas viviendas".
