Aunque pensar en algún conocido que las cuide es conveniente, las guarderías se imponen como una opción adecuada para dejar a las mascotas cuando la familia vacaciona. Pero cuando hay condiciones y disposición para atenderla, también es posible llevarla de viaje.

‘Para el perro o el gato -ambos sufren el mismo estrés-, que su dueño no esté implica que éste desapareció, ya que no entiende que regresará. El desapego que se produce va a tener impacto en su estado anímico y en su salud‘, explicó el veterinario Juan Enrique Romero, ex director del zoológico porteño.

El experto afirmó que lo recomendable es elegir la guardería con tiempo, pidiendo referencias. ‘Lo ideal es hacer una adaptación previa: llevar al animal un par de veces antes al espacio para que lo conozca y lo asocie a un lugar de alegría y no de abandono‘, aconsejó.

Para el profesional, ‘es imprescindible que el dueño conozca al lugar físico, que debe ser amplio en el caso de los perros y seguro para los gatos, que suelen escaparse, y es recomendable conocer al personal‘.

En la Capital Federal y alrededores estos lugares cobran entre 50 a 100 pesos por día, y en general el dueño de la mascota

debe proveer, además, el alimento. Los requisitos habituales son que los animales tengan libreta sanitaria al día, particularmente la vacuna antirrábica; llevar pipetas para las pulgas, ingresar limpios y no tener conductas agresivas. La mayoría excluyen, por precaución, a las razas caninas con más fama de agresividad como la Pitbull o Rottweiler.

Los pensionados de perros suelen ser espacios verdes amplios, aunque también hay hogares que alojan un número reducido de animales, con atención más personalizada. Susana organizó el Rincón Mascotero en una casa de familia en el barrio porteño de Monserrat. ‘Paso la mayoría de las fiestas en casa, sola con los perros, porque no se los puede dejar solos en esos días. Amo a los animales, si no es imposible realizar este trabajo‘, contó.

En este espacio los animales no están atados ni encerrados, y tienen actividades acordadas con sus dueños al ingresar. A los requisitos de otros espacios, Susana agrega que estén castrados. ‘Luego trabajo en la adaptación de la mascota al espacio. Primero solo y después de a poco con el resto del grupo. Nunca he tenido problemas, de hecho los perros hasta duermen en mi cama‘, reveló.

La veterinaria Leocan tiene una quinta en Belgrano, donde recibe a sus pensionistas, que luego lleva a Escobar, en el norte del conurbano bonaerense, donde posee instalaciones para cien mascotas. Allí diferencian los animales chicos de los grandes, pero procuran que todos se integren y jueguen en el parque durante el día, para que descansen de noche. Su propietario, Leonardo Mastracchio, anunció que ya inauguró una gatera, un espacio cerrado, acondicionado para garantizar la diversión de los gatos, con una tarifa de 80 pesos diarios.

‘En esa habitación no puede haber más de diez gatos porque el trabajo con estos animales es más intenso que con los perros. Requieren de mucha adaptación, ya que los felinos sufren mucho los cambios de ambiente y al principio no sociabilizan‘, explicó.

Rosa cuida perros en una casa de familia de Almagro. ‘Comencé con una amiga de mi prima que me dejó su perrito hace cuatro años‘, comentó. Rosa pide a los dueños que con los animales traigan ‘sus cosas: donde duermen y sus juguetes, de esta manera los animalitos extrañan menos‘.

En cuanto a llevar las mascotas de viaje en automóvil con la familia, el veterinario Romero recomienda que si es perro, sea atado con un cinturón especial de seguridad. ‘Ante una maniobra brusca no sólo se salva al animal, sino que se evita que vaya como un proyectil contra las personas que están en el auto‘, aclaró.

En cuanto a los gatos, el experto dijo que deben viajar en su jaula de transporte. Ambas especies requieren parar cada dos horas para ‘hacer sus necesidades, tomar agua y caminar un poco‘, dijo.

Romero cree ‘conveniente que se lleve el alimento balanceado acostumbrado, así como el agua de la canilla que habitualmente consumen, para evitarles diarreas‘, detalló.

En la playa, es importante no exponer la mascota al sol en horas pico y, en caso de que se metan al mar, evitar que ingieran mucha agua y enjuagarlos luego para que la sal no impregne el pelaje. En todos los casos conviene colocarles una chapita con un número de teléfono, viajar con la libreta sanitaria y las vacunas al día.

Para el caso de que se quede solo en la casa, Romero aconsejó que alguien vaya diariamente a darle agua, comida y afecto. ‘Es importante que esa persona tenga un vínculo estrecho con la casa y con la mascota‘, advirtió.