Ya casi personificado en su totalidad se lo vio a Rodrigo De la Serna ayer, en el lanzamiento del film sobre el Cruce de los Andes que se llevó a cabo en Presidencia (ver aparte). Teñido de negro, con patillas incipientes y vestido con un poncho moderno, que lo hacía parecer al general San Martín -rol protagónico para el que fue elegido-, el actor, a quien inclusive Cristina le dijo "Ya tenés la actitud sanmartiniana", dialogó en exclusiva con DIARIO DE CUYO sobre el film, que comenzará su rodaje en San Juan en veinte días.
– ¿Cómo te llegó la propuesta?
– De la mano de Tristán Bauer, cuando me lo comunicó imaginate la alegría y la responsabilidad que empezó a pesar sobre mis hombros, fue algo inmenso; ya estamos prontos a comenzar el rodaje, con todas las ganas, el equipo técnico es maravilloso, los actores también, y si bien es un momento difícil para el cine argentino y la gesta sanmartiniana requiere de un de un interesante presupuesto, dinero en demasía no hay pero tenemos mucho talento, voluntad y recurso humano.
– ¿Conocés San Juan?
– No, pero la voy a conocer ahora, aunque no vamos a andar tan alto como San Martín, estaremos a 2.200 metros más o menos, que no es poco, por eso estuve entrenándome muchísimo con los caballos, estudié un poco de esgrima y de equitación, ando bastante bien, me teñí el cabello, tengo algo de patillas, y con respecto a este poncho (se señala la prenda que cubre su saco), me acompaña a todos lados aunque hace al personaje también, en este caso.
– ¿Antes de ver el guión, qué imagen tenías de San Martín?
– La primera que uno recibe es la del Billiken, sí espiritualmente uno percibe desde niño que pasó algo grande, después, el interés personal de mi lado siempre estuvo, me encanta leer historia argentina y aproximarme a una figura como él y su gesta. Decididamente hace cuatro meses estoy cien por ciento abocado a este tema.
– ¿Qué destacás de este desafío?
– Es difícil humanizar a San Martín por lo monumental que fue, él encarnó algo maravilloso, era una mente brillante, reunió a quince mil personas, siete mil mulas, todo en un pueblo, es increíble saber cómo realizó ese monumento en un año y medio con los poquísimos recursos que tenía; además, le gustaba tocar la guitarra, cantar, pintaba, un tipo con mucho carácter: la humanización viene sola, por consecuencia de esta grandeza. Siento un vibrar que de alguna manera nos legó él, yo creo entender algo desde mi corazón y mi mente y espero que mi humilde y modesta interpretación llegue a mucha gente. Hacer de San Martín es un peso y a la vez una inmensa alegría.
– ¿Cómo ves que la política se una con el arte para este película en el marco del bicentenario?
– Este proyecto es de la televisión pública, del Estado, y a la vez la Gobernación de San Juan tuvo al deferencia de brindarnos su apoyo y estos elementos se han combinado bien, nos han ayudado mucho desde la realización y la preproducción y no hay una carga política. Torre Nilsson filmó El Santo de la espada y decía que tenía personas al lado direccionando todo, en este caso hay libertad total, y sí un grupo de historiadores y académicos idóneos nos asesoran constantemente para no cometer errores graves.
– ¿Creés que a partir de tu protagónico la historia va a interesar más a los jóvenes?
– San Martín cuando cruzó los Andes tenía 38 años, yo tengo 33, no soy tan joven, pero bienvenido sea si es para arrimar a los jóvenes a la historia, lo vale.
