El flamante entrenador de Independiente, Omar De Felippe, afirmó ayer que el único camino posible para revertir el mal momento del equipo es “salir a ganar”, aunque avisó que no puede hacer promesas a futuro y que el objetivo es “generar seguridad y confianza”.

Al ser presentado oficialmente como sucesor de Miguel Brindisi, De Felippe le dio un baño de realismo a los hinchas al remarcar que no puede prometer que van “a salir campeón y ascender” porque “esto no es mágico y hay que ganar confianza”.
La palabra “confianza” cruza todo el discurso del ex técnico de Olimpo y Quilmes, porque está convencido que devolviéndole la tranquilidad a los futbolistas lograrán los resultados que necesitan. “Hay que tratar de darle seguridad a los jugadores y que la gente siga acompañando, necesitamos que la gente acompañe a los chicos”, sostuvo De Felippe, y sobre el duro camino que significa transitar la B Nacional, explicó: “Hay que llegar bien al final, entre los 4 o 5 primeros, porque la segunda parte del torneo es la más importante”.

Luego de admitir que el que comienza es el desafío “más importante” de su carrera, reiteró que necesita “que el jugador se sienta seguro en la cancha. Acá hay que pensar con objetivos cortos y muy claros, para que agarren esa confianza que se necesita”.

Consciente del muy mal presente deportivo del equipo, que apenas sumó dos puntos en cuatro fechas, y del enojo de los hinchas con los jugadores y la dirigencia, De Felippe dijo que no le puede “pedir nada (a la gente) con todo lo que han vivido. Solo pido apoyar al equipo, porque en algunos partidos quizá juegue bien y ahí necesitamos el apoyo”.