Cuando restaban cinco minutos para finalizar el partido en Santa Fe, el árbitro Pablo Díaz detuvo las acciones por incidentes en la tribuna donde se ubicaban los simpatizantes de Belgrano. Varios futbolistas del Pirata acudieron para pedirles a los efectivos que no tiraran balas de gomas contras los hinchas y uno de los más enérgicos fue el arquero, Juan Carlos Olave. Los disturbios duraron diez minutos y luego se terminó el partido sin problemas. Pero cuando el plantel cordobés salía del estadio santafesino, la Policía detuvo a Olave para llevarlo a una sede judicial y que declare sobre la acusación de haber agredido a dos policías. Al cierre de la edición, el uno se encontraba declarando.