El titular del Primer Juzgado de Instrucción, Benito Ortiz, consiguió una autorización excepcional de la Corte de Justicia para trabajar durante la feria judicial (vacaciones) con dos estrechos colaboradores y la Policía, en la investigación del crimen de Ariel Tapia, dijeron fuentes judiciales. Ariel es el niño de 12 años encontrado muerto el pasado 6 de diciembre, dentro de una vieja heladera abandonada a 60 metros de su casa en la Villa Angelita, Santa Lucía.
La excepción está prevista en la Ley Orgánica de Tribunales y establece que durante la feria judicial la Corte podrá autorizar a un juez o un tribunal a trabajar en forma exclusiva en una causa determinada. Jueces y fiscales consultados por este diario, aseguran que el hecho no tiene precedentes inmediatos en la historia tribunalicia.
¿Por qué la excepción? Ayer no fue posible entrevistar al magistrado, pero otras fuentes judiciales aseguraron que la decisión de dar prioridad a la investigación tiene una estrecha relación con el optimismo de los pesquisas en poder esclarecer el caso.
Sin embargo, una pata importante de ese esclarecimiento aún se espera de Salta: en un moderno laboratorio de esa provincia aún deben constatar con un ADN que el fallecido es efectivamente Ariel Tapia; establecer la data precisa de su deceso, probablemente ocurrido el mismo día que desapareció, el sábado 1 de diciembre en la noche.
Y otro dato para nada menor, los informes para saber si las manchas encontradas dentro y fuera de la heladera son de sangre. Si es así, habría un patrón genético para poder llegar al supuesto homicida y los motivos que tuvo para eliminar al niño.
Lo que hasta ahora se supone con firmeza entre los investigadores, es que el chico recibió un fuerte golpe en el mentón, que lo llevó a perder el conocimiento. Y que tan desmayado quedó que no pudo luchar para salir de esa vieja heladera, donde se le acabó el oxígeno y fue su fin.
