Como no encontraron en todo San Juan un taller de arte dónde pudiesen concurrir de igual a igual personas con y sin discapacidades, decidieron crearlo por sí mismos. Los protagonistas de esta iniciativa son Nadia Bula, la profesora de arte del Centro Educativo para Adultos "Vida Nueva" -dependiente de la institución de educación especial Aleluya-, sus alumnos de entre 18 y 40 años y el resto del personal de la institución que le darán una gran oportunidad a todos los interesados en incursionar en los secretos de pinturas, pinceles y lienzos.
La idea del taller surgió por una necesidad real de integración social. Lo que abundan en la provincia son talleres para señoras mayores pero no para jóvenes y adultos jóvenes, la edad que tienen los participantes de este centro. El resto de las clases posibles no respondía a las necesidades. "Queríamos un espacio común, dónde los jóvenes pudieran compartir experiencias y necesidades de expresarse sobre los mismos temas. Quizás la excusa sea la pintura pero a su vez es un leiv motiv de cuestiones comunes entre nuestros alumnos y la población en general", explica Nadia Bula, quien coordina este taller que comenzó ayer en el Centro Cultural José Amadeo Conte Grand y que se dictará todos los martes (salvo el próximo que es feriado por el 25 de mayo) hasta fines de octubre.
Hasta ahora, las artes en este ámbito educativo especial eran una herramienta para trabajar habilidades de expresividad y posibilidades de comunicación en vistas a una posible salida laboral para los jóvenes con Síndrome de Down o Parálisis Cerebral -las patologías que en su mayoría padecen quienes concurren al centro educativo privado que se ocupa de la estimulación temprana pero también tiene una escuela, este centro para desarrollo de habilidades laborales y un espacio de encuentro para quienes ya están trabajando-. Pero desde hace un tiempo empezaron a plantear la pintura como una posibilidad de integración.
"Es muy importante para alguien que tiene discapacidad que sea tratado de igual a igual: por eso salimos del ámbito del Centro Educativo, vamos a un lugar público y trabajamos con pares. En otros espacios estas experiencias han dado muy buenos resultados y creemos que se puede desarrollar un grupo interesante y motivado a hacer otras actividades. A su vez es un espacio para demostrar que se valoran las diferencias, se respetan las posibilidades de cada uno y que se puede romper la barrera de "lo especial y lo normal", haciendo las mismas actividades", indica la coordinadora.
Al taller en cuestión pueden concurrir personas que tengan o no conocimientos previos de pintura. Es que si bien habrá espacio para aprender técnicas, analizar trabajos de pintores famosos y descubrir intereses, la idea del proyecto es generar un lugar de encuentro. No habrá un programa estipulado sino que se seguirán las premisas que cada alumno plantee. Eso sí hay un único requisito: como es un taller especial sólo tendrá cupo para 15 alumnos y ya hay seis lugares ocupados por los chicos de hasta ahora pintaban en las aulas de Aleluya.
