Un estudio de opinión pública revela que la mayoría de los usuarios de los hospitales públicos del país no está conforme con la calidad del sistema de salud. Seis de cada diez pacientes tienen una opinión regular o mala y un tercio dice que la calidad empeoró en la última década.
Sobre el precio de los medicamentos, las principales críticas en la encuesta de TNS Gallup, son los bajos recursos para afrontarlos, pero la mayoría señala el mal estado de los hospitales, la falta de infraestructura adecuada y la poca cantidad de profesionales médicos y de enfermería. En la ciudad de Buenos Aires es donde más se concentran las mayores críticas: el 42% de los porteños piensan que la salud pública es "mala o muy mala", comparado con el 27% de los habitantes del Gran Buenos Aires y el 23% de los habitantes del resto del país.
Uno de los problemas que mencionaron los encuestados fue que el presupuesto de salud es bajo. Sin embargo, el país invierte el 10% del PBI en salud. El problema no es presupuestario: uno de cada 10 pesos que produce el país se gastan en salud. El presupuesto de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, supera los 4000 millones de pesos por año. Por otro lado, la Argentina es uno de los países con más médicos por habitante. Tiene 3,4 por cada 1000 habitantes, cuando el mínimo recomendable es 1 por cada 1000; con Uruguay y Cuba, son las naciones con más médicos por habitante en América latina.
El problema es cómo se los distribuye y gestiona. Si esos médicos están lanzados a la puja distributiva para sobrevivir mejor en un exceso relativo de oferta en un sistema fragmentado, es otro tema. Lo que sí faltan son enfermeros: lo deseable en el mundo es que haya cuatro por cada médico y en nuestro país se tienen cuatro médicos por cada enfermero.
A pesar de las cuatro debilidades del sistema identificadas en las investigaciones en relación a la salud: fragmentación, segmentación, inequidad e ineficiencia, Argentina es en América latina uno de los países con mayor acceso a la atención y gratuidad en el punto de atención. El nivel profesional, la cantidad de personal médico y el nivel de financiamiento adecuado son las fortalezas.
La ausencia de una ley nacional de salud que asegure idénticos cuidados para iguales necesidades, la inequidad y la ineficiencia son nuestros mayores problemas.
