“Se está tensionando la línea del consumo”, advertía un especialista del mercado. Los datos lo reflejan en la abrupta caída que tuvieron los despachos al consumo de enero y febrero que rondó el 20%. Pero a pesar del retraso de la cosecha -en algunas zonas y variedades llega a 3 semanas-, hay productores en Mendoza que han comenzado a levantar la cosecha aún con grado de alcohol bajo. La vendimia sigue avanzando y hay muchos empresarios que no pueden esperar porque les va a madura la cosecha toda junta y no van a tener capacidad de molienda, advierten. Por eso, los dos planteos que se avizoran son, por un lado bajar las exigencias del color de los tintos de 450 a 400 unidades, por otro lado, habrá que adelantar la fecha de liberación de los vinos nuevos, especulan.