Dejará de llamarse Gendarmería Infantil (GI) porque ya no dependerá de esa Fuerza. Su nueva denominación será Agrupación Infantojuvenil Francisco Narciso Laprida y ya no estará en Marquesado. Ahora los chicos realizarán sus actividades en el ex Hogar Paula, en Santa Lucía. Esto será posible porque tras la resolución Nacional mediante la que se decidió eliminar la GI en todo el país, los papás de los chicos que asistían a este grupo, decidieron armar una nueva agrupación para contenerlos.
Así, a fines de agosto, los chicos recuperarán varios espacios educativos y otro tipo de actividades que habían perdido cuando dejaron de pertenecer a Gendarmería.
’La mudanza y el cambio de nombre traerá beneficios’, dijo Eduardo Guiraldi, presidente de la Comisión de Padres. La agrupación, que tendrá cede en Libertador 4071 (Este), recuperará espacios de estudio que habían sido reemplazados por actividades recreativas y deportivas, lo que disgustaba a padres y niños. De esta forma volverán a tener clases de catequesis, computación y apoyo escolar. Además podrán participar nuevamente de campamentos y de los desfiles, que desde mayo de 2011 no lo tenían permitido.
‘De a poco vamos a reactivar las actividades y las clases que fueron suspendidas por la resolución de la ministra Nilda Garré. Decidimos cambiar de nombre para no pertenecer más Gendarmería. Es que esa institución debía dejar de estar al frente de los chicos’, dijo Eduardo. Ahora los alumnos serán guiados por padres y por un gabinete de profesionales que fue designado por la Dirección de la Niñez que ahora los apoyará en la logística de las actividades que realicen.
EL CONFLICTO
A mediados del año pasado una resolución emitida por el Ministerio de Seguridad y Defensa de la Nación prohibía algunas clases, el uso de uniforme y la participación de los niños en desfile, porque no querían que los chicos se militarizaran. Además no se pudo incorporar nuevos niños. Durante el 2011, en algunas provincias los escuadrones desaparecieron y San Juan no estuvo lejos de correr la misma suerte porque muchos chicos dejaron de asistir por la escasa cantidad de actividades que tenían.
Fue cuando los papás emprendieron una lucha para que los chicos no perdieran este espacio que, según ellos, los aleja de la calle y les inculcaba valores. Así consiguieron que desde el Gobierno les cedieran el nuevo predio.
