Al devaluar drásticamente la moneda, Hugo Chávez podrá transformar los dólares que Venezuela recibe de las exportaciones de petróleo en el doble de bolívares. Así, mientras el ingreso petrolero seguirá siendo el mismo en dólares, una vez convertido a moneda local aumentará de 47.000 millones a 94.000 millones de bolívares, lo que le permitirá a Chávez gastar más en programas sociales y aumentar los salarios en los meses previos a las elecciones parlamentarias de septiembre.
A la larga, si no se adoptan medidas para reinvertir en la deteriorada infraestructura petrolera estatal o acabar con el despilfarro del gobierno, esto no es más que una pirueta financiera que acabará por hundir aún más la economía. Pero a corto plazo, le podría dar a Chávez el dinero que necesita para evitar una derrota en las cruciales elecciones legislativas .
Los líderes de la oposición venezolana me dijeron que no creen que la devaluación ayude mucho a Chávez en las elecciones de septiembre, entre otras cosas porque la moneda local será consumida por una inflación galopante. La inflación de Venezuela superó el 25% el año pasado, la más elevada de Latinoamérica.
¿Acaso repartir dinero como loco antes de una elección no le ha funcionado muy bien a Chávez en el pasado?, le pregunté a Julio Borges, presidente del partido opositor Primero Justicia. "Esta vez no funcionará. Históricamente, la palabra devaluación en Venezuela es el diablo, porque la gente todavía recuerda con horror la devaluación del "Viernes Negro" de 1983, que dejó a todos los venezolanos mucho más pobres. Hicimos una encuesta el año pasado y el 70% del país estaba en contra de una devaluación. La gente sabe que se empobrecerá mucho más", afirmó Borges y agregó: "en septiembre, la gente le va cobrar la cuenta a un presidente que tuvo muchos dólares y se los gastó en regalos a otros países, compras militares y pagos por estatizaciones, no en el pueblo".
Según el opositor alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, además de la inflación, otros factores amenazan el futuro político de Chávez, como los frecuentes apagones, los cortes de agua, el aumento de la corrupción oficial y los mayores índices de criminalidad. "El va a apostar al cortoplacismo, y no me sorprendería que duplique el monto de subsidios, o regale más licuadoras o heladeras. Esa es la receta de empobrecer al país, para que haya cada vez más dependientes de la beneficencia pública", dijo.
Los que apoyan la devaluación de Chávez señalan que el dólar más caro estimulará las exportaciones y encarecerá las importaciones, mejorando así las finanzas del país. Mark Weisbrot, economista del Centro de Política Económica e Investigación, de Washington, me dijo que la experiencia de la devaluación de Brasil de 1998 y de Argentina del 2002 demuestra que esas medidas pueden conducir a un crecimiento sostenido.
Chávez apuesta a que el aumento del precio del petróleo lo salvará, o a que inyectando más dólares del Banco Central logrará evitar una hiperinflación antes de septiembre. Si eso resulta, quizás logre ganar las elecciones legislativas y luego -cuando se terminen de apagar las luces- tratará de hacer lo de siempre: culpar al "imperio" norteamericano y a la "oligarquía" por la destrucción económica y el aumento de la pobreza en Venezuela.
"SE HA ESCRITO mucho sobre el impacto económico de la maxidevaluación ordenada el 8 de enero por Hugo Chávez. Pero el impacto político de la medida podría ser igualmente importante, si no más."
