Hace exactamente diez días, un grupo de gendarmes experimentados, tuvo que dar marcha atrás con el operativo de rescate del cuerpo del bonaerense Javier Paduszek (39), el andinista que había muerto al desbarrancarse tratando de hacer cumbre en el Mercedario (6.770 metros), en febrero pasado. La decisión fue tomada luego de ver que el terreno presentaba dificultades difíciles de franquear. Pero ahora, la viuda del andinista, Ana de Paduszek, está buscando montañistas experimentados de la provincia, para que realicen el rescate del cuerpo.
Todo indica que la viuda no se dio por vencida, aún cuando el mismo jefe de la Agrupación X de Gendarmería, Jorge Hogalde dijo en ese momento que no harían más intentos de rescate porque su gente corría peligro de muerte. Según fuentes cercanas al andinista muerto, su esposa está buscando montañistas experimentados para que bajen el cuerpo. En San Juan la mayoría de esta gente pertenece al Club Andino Mercedario. Pero desde la institución dijeron que la la viuda no contrató al grupo de rescate del club. La política del Andino Mercedario es realizar rescates de personas que están con vida o que al menos exista la posibilidad de sobrevivir. Sin embargo, no se descartó que algunos de los montañistas que pudieran participar en este nuevo rescate, pertenezcan a la institución, aunque la tarea la realizarán de manera particular. Otras versiones indican que la familia de Paduszek, estaría buscando rescatistas en Mendoza.
Las especulaciones son que quieren bajar el cuerpo antes que llegue el invierno. Otro de los datos que trascendió es que los posibles rescatistas no serían contratados, sino que la viuda del andinista sólo pagaría todos los gastos de la expedición y se haría cargo de la compra de todo el equipamiento que se necesita para una tarea de esta envergadura. Desde el Andino Mercedario no quisieron dar cifras, pero se habla de miles de dólares sólo en la compra de equipos para bajar a Paduszek.
Los gendarmes que intentaron bajar el cuerpo, se enfrentaron a grandes dificultades del terreno. Dicen que donde está el andinista hay penitentes de más de tres metros de altura y grietas muy profunda. Este panorama habría llevado a que a la viuda le fuese difícil encontrar gente en la provincia, para armar otro operativo, según dijeron allegados al Club Andino Mercedario.
