Argentina consiguió en los dos Juegos anteriores su mejor actuación en más de medio siglo. Tanto en Atenas 2004 como Pekín 2008, la delegación albiceleste conquistó en cada ocasión 2 medallas de oro y 4 de bronce, cortando desde Helsinki 1952 la sequía de preseas doradas.
Pero el paso del tiempo en estos cuatro años de olimpiada entre el Juego de Pekín y el que comienza ahora en Londres no fue precisamente favorable para las expectativas del deporte argentino, a pesar que esta vez el respaldo económico fue mejor a comparación de los logros en las dos citas anteriores. Entre las razones hay que contar que no estará el seleccionado de fútbol, que logró oro en las dos citas anteriores y no pudo clasificar entre los dos mejores del último Preolímpico. Juan Curuchet se retiró luego del oro en Madison junto a Walter Pérez, al igual que Carlos Espínola, quien en distintas categorías de vela se trajo una medalla de los 4 Juegos anteriores, el récord individual del deporte olímpico argentino.
Las máximas esperanzas de alcanzar medalla, e incluso la de oro, reposan en el hockey sobre césped femenino, actual campeón del mundo y con medalla en los tres Juegos pasados y en Julio Alsogaray, ubicado entre los 10 mejores del mundo en clase Laser de vela, desde 2009.
No hay que descartar a la "Generación Dorada’ del básquetbol, que terminará en Londres su ciclo luego del oro en Atenas y el bronce en Pekín. La judoca Paula Pareto, bronce hace 4 años, es la otra medallista olímpica que buscará una nueva presea en la capital inglesa.
Entre los que buscan su primera medalla, además de Alsogaray, se puede citar a la delegación de tenis, con Juan Martín Del Potro a la cabeza. Y de los últimos Panamericanos, celebrados en Guadalajara el año pasado, la nadadora de aguas abiertas Cecilia Biagioli y el taekwondista Sebastián Crismanich figuran como los que despiertan una expectativa concreta de alcanzar el podio.
Para estos Juegos, la creación en 2009 del Enard significó que el presupuesto anual que se destina al deporte es de 180 millones de pesos, un 80 por ciento superior al que había antes de Pekín. Si bien ahora no hay que ilusionarse con una mejor actuación, se debe a que lo sucedido en Atenas y Pekín ocurrió más por el espíritu de superación que caracteriza al deportista argentino y a que la mayor parte de los casos llegaron de disciplinas con poder propio por el profesionalismo (fútbol, tenis, básquetbol y hockey césped). La expectativa de la creación del Enard es que los frutos en el medallero se vean en los Juegos de 2016, en Río de Janeiro, donde habrán sumado más experiencia otros valores como el lanzador de jabalina Braian Toledo o el triatleta Gonzalo Tellechea, quienes ahora van a foguearse.
