Las reuniones semanales entre los olivareros sanjuaninos y los funcionarios de producción se han vuelto una rutina en los últimos meses: el sector recurrió por ayuda al gobierno provincial porque desde el 2011 vienen de mal en peor: el año pasado las heladas destruyeron unas 8.000 hectáreas, no consiguieron gente para cosechar las restantes y además están ahogados por una inflación que disparó los costos internos, un tipo de cambio alto que mermó su competitividad y el estancamiento del precio internacional de sus productos.
A ese se sumó hace un par de meses el cierre parcial del mercado brasileño -destino del 90% de las conservas de aceitunas-, una medida que si bien ya se flexibilizó; los dejó tambaleando. Así, al borde del colapso, los miembros de la Cámara Olivícola de San Juan, presidida por el contador Esteban Durand; desde hace un tiempo vienen acudiendo semanalmente al despacho del ministro de Producción, Marcelo Alós.
La semana pasada llegó una ayuda nacional: $30.000 de aportes no reintegrables para cada productor que sufrió pérdidas por las heladas el invierno pasado.
Fue una ayuda inédita para el segundo peor daño climático en una década que sufrió el sector, con 8.848 hectáreas dañadas del 50 al 100%, y 113 productores afectados. Pero los olivícolas no festejaron demasiado, teniendo en cuenta que el costo de plantar una hectárea de olivos ronda los 12.000 dólares. El gobierno también esgrime la medida de haber insertado a los obreros olivícolas junto a los vitivinícolas, en el plan que la Nación paga una cuota del sueldo de $600 pesos durante 6 meses. Pero eso tampoco hizo mucha mella en empresas que por casi 70 días no pudieron ingresar sus camiones a los compradores brasileños, que pagan un salario promedio de $4.500 a cada empleado y que para recibir la ayuda deben comprometerse a no echar gente, algo que nadie quiere asegurar en la crisis actual. ‘’Hemos recibido una ayuda, pero es una aspirina para nuestros males’’, reflexionó Durand. En la organización que agrupa al sector olivícola dicen que precisan medidas ‘de fondo’. Por ejemplo, un tipo de cambio paralelo, un dólar exportador diferente al financiero, que sea exclusivo para ciertas actividades de las economías regionales y el cual les permitiría mejorar la competitividad frente a un contexto inflacionario de costos. Hablan también de medidas compensatorias, como la de ser incluidos en el listado de 200 ‘productos sensibles’ que las cancillerías argentina y brasileña pactaron en la última cumbre del Mercosur de Mendoza, el mes pasado. De lograrlo, el reembolso que reciben del Gobierno nacional por afrontar los aranceles de importación que cobra Brasil, pasarían del 14% al 35%.
TIPO DE CRISIS
‘’Estamos trabajando en ese tema’’, contestó Marcelo Alós el miércoles pasado. ‘’Pero es un sistema que no es fácil de instrumentar, llevará su tiempo’’, dijo; y obviamente no pudo dar respuestas a la posibilidad de un dólar paralelo agroexportador (que implicaría aceptar una devaluación), resorte exclusivo de una decisión política nacional. ’’El sector está sufriendo una crisis coyuntural, no estructural; y estamos brindando en la medida de nuestras posibilidades, soluciones coyunturales. Le hemos armado varias soluciones: los 30.000 pesos por productor, los 600 pesos para los obreros; les ofrecimos también incluso el Repro, que ayuda a empresas en crisis y también ofrecimos algunas ayudas en créditos. En algunos casos no quieren tomarlos, porque no quieren endeudarse; y en otros no pueden hacerlo’’, detalló el titular de Producción.
En la actualidad las tierras con olivos en San Juan alcanzan a las 20.000 a 23.000 hectáreas. La última helada grande hizo desaparecer a unas 2.000 hectáreas en zonas bajas, mientras que otras 2.000 sufrieron quemaduras que no le permitieron producir, según el sector privado. Además, un 35% quedó este año en las plantas, por falta de mano de obra. Los precios internacionales tampoco ayudan: el precio internacional del aceite de oliva es hoy de 1.800 dólares la tonelada, cuando supo cotizar en 5.000 dólares. O sea, un futuro muy sombrío para el sector.
