Como había anticipado este diario, en el Concejo Deliberante de Capital tenían cocinado un proyecto de ordenanza para regular la actividad de los piercing y tatuajes en el departamento, pese a que ya existe una ley provincial que cumple el mismo rol. Pero el concejal autor de la idea no lo sabía. Y cuando todo estaba listo para que el proyecto tuviera despacho de comisión, los legisladores se enteraron, por la misma nota de DIARIO DE CUYO, de la existencia y vigencia de la ley 7635. Entonces ayer el tema ni siquiera fue tratado en la sesión ordinaria del cuerpo.
El autor de la iniciativa es el concejal oficialista Pedro González, ex director de Defensa al Consumidor en la provincia. Ayer admitió que no sabía que ya existe una ley que regula precisamente lo que él pretendía ordenar con una ordenanza. "Personal administrativo me indicó que había una ley sólo de tatuajes y no de piercing -se excusó ayer-. Yo siempre tomo la precaución de controlar, pero como era una fuente confiable, no lo hice".
El texto del proyecto coincidía en casi todo con la ley vigente. Por ejemplo, la necesidad de un control sanitario sobre quien hace tatuajes y piercing y sobre sus clientes, la obligación de usar materiales descartables y ciertas normas elementales de higiene. "Lo que hemos resuelto hasta el momento, ahora que sabemos que la ley provincial incluye los piercing, es adherir a la ley", agregó ayer González. Esto mismo es lo que hicieron también en Santa Lucía hace apenas 8 días: mediante un proyecto del Frente para la Victoria, aprobaron la ordenanza 2101, que adhiere a la ley 7635.
Pero el nuevo proyecto que están elaborando en Capital presentará una variante con respecto a la norma provincial. Es que ésta establece que los menores de 18 años deben llevar autorización de sus padres para tatuarse o ponerse un piercing. Y lo que plantea González es que chicos de "15 ó 16 años" deban ir directamente con sus padres, y que los de 17 a 21 lleven un permiso firmado para que los atiendan.
