La carrera de ayer fue en homenaje a un grande de las rutas como Moisés Carrizo, quien en los ´70 y parte de los ´80, ganó clásicas de acá y de afuera de la provincia, además de ser doble campeón argentino. De hecho, Carrizo es el último sanjuanino en lograr un Argentino de Ruta, en 1978 (el otro fue en 1974). Pero ayer, Moisés se dio otro sacudón emocional porque en la carrera que lo homenajeaba compitió su hijo, José Moisés. “Es una alegría doble y me pone feliz. El fue el único de mis hijos que siguió con el ciclismo y aunque volvió de grande y corre en los Master, siempre trato de aconsejarlo´´, dijo Carrizo, quien al hacer un balance de su trayectoria se quedó con sus campeonatos argentinos. “En las otras carreras, el nombre del ganador pasa. En los Argentinos, la historia queda escrita´´, confesó. Por su parte, el hijo de 36 años (quien después de competir en juveniles dejó el ciclismo para volver unos 10 años después) apuntó que “me pone orgulloso poder largar una carrera en la que mi papá es el homenajeado. Aunque yo era muy chico cuando él corría y por eso tengo pocos recuerdos, él siempre me contó cosas. ¿Qué si sentí la presión de ser hijo de?. Y sí, siempre estuvo. Pero yo traté de que no me afectara porque mi papá fue un grande en serio´´.
