Jamás imaginó conseguir tanta repercusión en un simple programa de la tarde. Virginia Lagos, actriz de larga trayectoria en la televisión argentina, conduce el ciclo Historias de Corazón, en el cual, presenta películas que ponen en foco relatos de vida – algunos casos basados en hechos reales- que invitan a la reflexión. La conductora presenta el film, comenta y lee los mensajes de sus espectadores, para ella son sus "cartitas" y trae a invitados para entrevistas. El segmento de Telefe se convirtió en un éxito instantáneo, con excelentes niveles de audiencia. Sin embargo, el edulcorado estilo de Virginia con su muletilla de adjetivar las cosas como "maravilloso", es objeto de toda clase de parodias en YouTube. La actriz se molestó y expresó su enojo en su cuenta de Twitter para que dejen de nombrarla como la "vieja de Telefe". Aunque le restó importancia al asunto, habló al respecto en una entrevista con DIARIO DE CUYO.

– ¿Cuál es la clave del éxito de este ciclo televisivo?

– Creo que hay una necesidad de la gente de respeto hacia el otro, de ternura. Me parece que el televidente necesita más caricias. Y nosotros hacemos un espacio que se remite desde ese lugar. Son producciones preciosas, nada de violencia ni de grosería, sino que hablan de estas historias del corazón, justamente el ciclo se llama así. Creo que tiene que ver con eso, con apelar a la paz, al cariño, al respeto.

– ¿Quién le ofreció tener el papel de la conducción?

– La propuesta fue de Tomás Yankelevich, me llamó por teléfono invitándome a participar de este proyecto. Él me explicó que quería pasar películas que estén dirigidas para la familia, para que los chicos y los padres pudieran verlas juntos. Se le ocurrió que yo estuviera al frente, aunque a mi jamás se me había ocurrido conducir en televisión. No entendía muy bien al principio esta propuesta, porque me parecía algo muy descolgada dentro de mi vida. Yankelevich me dijo que me eligió porque quería poner algo creíble y auténtico al alcance del telespectador. Me convenció y me animé. Bueno, aquí estamos con más de cien películas proyectadas desde enero y no paramos.

– No es crítica en cine, pero promueve otra forma de presentar un film en la tele.

– Hablo de lo que veo, que por supuesto, me veo todas las películas y muchas son las que propongo. Veo cinco por semana y si no me gustan les digo que no. Los productores me respetan eso. Pero es un trabajo en conjunto. Además, hago mis reflexiones y un día traemos lecturas de textos de Cortázar, Borges, Gorostiza, Silvio Rodríguez y Galeano. Después invitamos a algunos amigos para charlar y ver la película. Se ha formado un rincón muy cariñoso que mantendremos firme. Ciclos de cine en televisión hubo un montón, pero de esta manera, que yo tenga memoria, no he visto. Es la primera vez que se hace en este estilo.

– ¿Llena un espacio vacío en la televisión abierta?

– A lo mejor vino a suplir algo, en cuanto a programas de la tarde. La respuesta es que chicos de 11 y 15 años se juntan para verla con adultos. Es fantástico lo que ocurre. A la televisión le hacía falta algo así.

– ¿Cuál fue el título que más la conmovió?

– De todas las que vimos, El caso de Benjamin Button, para mí es la mejor que pasamos. También está En busca de la felicidad y Cantando bajo la lluvia, son maravillosas. Ahora, tengo una lista para pedir otras clásicas como Cinema Paradiso, Los puentes de Madyson, El cartero, entre otras y también me gustaría pasar mucho cine nacional.

– ¿Le disgustó tanto que la parodien a través de videos caseros?

– La primera vez que me topé con eso, que en realidad me lo contaron porque yo lo no vi, me hizo ruido porque es la primera vez que me sucede algo semejante. No pasa nada. Al final lo tomé bien, son jóvenes o gente grande que no tienen nada que hacer, que les sobra el tiempo para hacer esas cosas. Si lo hacen bien y no faltan el respeto, entonces que hagan lo que quieran, que se diviertan. Los productores me decían que no me preocupara, porque si ocurre eso, significa que el programa es exitoso.

– ¿Es cierto que quiso renunciar?

– Fue un comentario que hice al principio pero después se agrandó, es cierto que me molestó y no tenía ganas de seguir. Sin embargo, no renuncié y aquí estoy con más entusiasmo que nunca.

– ¿Le molesta que la marquen como la "vieja de las tardes" de Telefe?

– La verdad que no me interesa si me dicen la vieja de Telefe y no quiero hablar más de eso. Soy una persona profesional que puedo hablar de otras cosas. Eso es propio de los programas chimenteros. No pertenezco a los chimentos de la tarde. Soy una actriz de largos años con una profesión digna, que respeta a todo el mundo y no entra en estas cosas agraviantes.