El mandato de Ginebra encomendó a la Cruz Roja la tarea de visitar a los presos, organizar las operaciones de socorro, reunir a las familias separadas y otras actividades humanitarias similares durante los conflictos armados. Pero, 60 años después, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) quiere ampliar sus funciones para proteger mejor a las víctimas de los nuevos conflictos. Los conflictos actuales son cada vez más guerras civiles o contiendas en las que no se enfrentan de forma tradicional dos estados, y en la que la mayoría de las víctimas son civiles. Uno de los puntos de debate se centra en la llamada “participación directa en las hostilidades”, un concepto que atañe a los civiles y que establece que éstos pierden su protección frente a los ataques cuando participan directamente en las hostilidades y mientras dure esa participación. Este concepto, según el CICR es muy vago y, en muchos casos, está llevando a una interpretación errónea que está perjudicando a los civiles. Sobre este punto en particular, el presidente del CICR, Jakob Kellenberger, explicó que la organización se encuentra inmersa en un proceso de estudio e identificación de lagunas en la normativa, que no abarcan en su totalidad los nuevos conflictos y las víctimas que generan. Otro aspecto es el de las salvaguardas procesales de las personas detenidas por razones de seguridad en relación con conflictos armados no internacionales. El CICR considera que esas salvaguardas deberían ser más concretas y realmente velaran por que exista un motivo válido para mantener a dichas personas bajo custodia.
