Una capa de brillo oleoso y bolas de alquitrán tocaron el Noroeste de las playas de Florida en las últimas horas, en el primer impacto aparente del derrame de crudo del Golfo de México sobre uno de los estados más turísticos del país. Restos de petróleo bañaban la orilla de la playa de Pensacola, parte de la ribera que se promociona como "las playas más blancas del mundo".
Florida se ha estado preparando para la llegada de la marea negra que ya lleva 46 días desde que fue originada por la explosión y hundimiento de una plataforma de Bristih Petroleum.
Por su lado, la tapa de contención colocada por British Petroleum en el pozo dañado en el Golfo de México capturó 6.000 barriles de crudo en 24 horas, mostrando avances en el esfuerzo por controlar el derrame, dijo ayer el equipo de respuesta estadounidense al desastre.