La combinación de dos descuidos resultaron fatales para un sujeto, que de ser un desconocido para la Policía pasó a un calabozo, sospechado de haber participado en un violento robo en patota contra un joven el Viernes Santo pasado en Rawson. ¿En qué descuidos incurrió? Usó un costoso celular robado a la víctima con otro chip, sin saber que lo mismo sería localizado, con nombre y apellido. El otro desliz fue la red social Facebook: terminó haciéndose amigo de los mismos policías.
El inesperado plan que ahora tiene a Pablo Bustos (24 años) tras las rejas, fue urdido por los policías de la Brigada de Investigaciones Sur que dirigen los principales Jorge González y Vicente Alvarez. Y terminó ayer con el arresto del sospechoso y el secuestro de numerosa evidencia en su casa en inmediaciones de Ruta Nacional 40 y calle 10, en Pocito, dijeron fuentes policiales.
Allí, los policías encontraron ayer la Play Station III y el celular Nokia Lumia que el 29 de marzo pasado Gustavo Exequiel Davila perdió a manos de tres sujetos, que le dieron una paliza en Lemos y calle 5, Rawson, para robarle esas cosas y también una bicicleta y una notebook.
También secuestraron una escopeta calibre 16 con 36 cartuchos, un parlante, una amoladora, una máquina de soldar, una motosierra y un monedero para colectivos. El sospechoso encontró una explicación para justificar cada cosa, como el hecho de haber comprado la mayoría de esos objetos a precios irrisorios en la calle, pero los pesquisas no se convencieron de su versión, ya que -dijeron- no aportó nombres ni acreditó con papeles que los hubiese conseguido legalmente.
Es más, ayer estaban convencidos de que Bustos pudo ser uno de los tres asaltantes de Dávila.
