Que expertos del mundo -ingleses y norteamericanos- hayan demostrado en pantalla que "Argentina tiene un enorme futuro exportador en vinos" renueva el ánimo a pesar de las contingencias. Es que más del 50 % de nuestras uvas tiene destino de exportación -si se cuentan el vino fraccionado y a granel, las pasas y el mosto- por lo que el futuro nos obliga a persistir en el cuesta arriba, con la carta de la calidad, la integración de la cadena productiva y la pelea por mantenernos aferrados a la estrategia del PEVI -Plan Estratégico 2020-. Claro, los expertos del mundo reunidos entre jueves y viernes en Mendoza y San Juan por Bodegas de Argentina, nos advirtieron: "Argentina no puede darse el lujo de abandonar el esfuerzo por la calidad -todavía andan por ahí ejemplos de algunos tintos baratos- debe insistir cuanto pueda en la promoción y el marketing de marca e imagen de origen y no debe tentarse con salir a competir con precios bajos". Estas fueron sólo algunas de las recomendaciones del inglés Val Smith y de Clive Barlow de Estados Unidos, realizadas durante el 5to Foro Internacional de la Vitivinicultura.

En medio de los buenos augurios y con un mercado de tintos tenso por retracciones de oferta y miedos por el stock, un panel de bodegueros exportadores llegó a plantear que "si seguimos creciendo en los mercados internacionales, vamos a necesitar 10.000 hectáreas más, nuevas o reconvertidas de cepajes finos". Buena señal en medio de una crisis mundial, pero conflictiva: Los sectores viñateros son remisos a la plantación y la COVIAR ha insistido en no prohibir, pero "mantener la superficie bajo control". Todas estas señales calaron hondo en el mercado de los tintos. Los viñateros o trasladistas plantean "aguantar" lo más que se pueda sus buenos vinos. Los fraccionadores tienen sus necesidades y hasta amagan con importar vino chileno. Un buen tinto medio se sostuvo esta semana entre 1.60 y 1.80; eso envalentonó a los escurridos y pasaron la barrera de 1.10 pesos por litro.

Eduardo Pulenta, Alberto Arizu (nieto) y Eduardo Otero, del grupo Pernaud Ricard -alentaron el buen futuro "si somos exportadores cuidadosos". Es que hay expectativas ciertas para salir de la crisis mundial con éxito. Saben que no hay que jugar todas las fichas a los vinos Premium (más de 20 pesos) porque apenas si pasan el 1 o 2 % del mercado mundial y que "el gran crecimiento se da entre los vinos de alta calidad que se venden, en Londres por ejemplo, alrededor de 24 dólares la caja de 9 botellas, éste segmento tuvo un crecimiento del 46 % en los últimos 2 años. Además "el motor del consumo en Estados Unidos, el principal mercado para Argentina, está entre los 10 a 20 dólares".

En el balance de la realidad, la exportación de vinos implica menos del 20% del que se produce en el país y en el 2009 caerán vertiginosamente las ventas del vino a granel, que constituyó el 60% del volumen vendido el año pasado (a Rusia sobre todo, hoy ausente). Mientras, hasta se amaga con importar vino chileno. El viernes decían aquí los del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este que "la falta de stock de los fraccionadores se debe a un problema financiero y la retención por parte de los pequeños y medianos tenedores forma parte de las reglas del mercado, a lo que suma que algunas empresas trasladistas fraccionadoras que normalmente estaban en el traslado, hoy están fraccionando su propio producto".

Con una merma promedio general de la cosecha 2009 del 25% (la Zona Este de Mendoza registró un 32% de merma); una baja en las variedades tintas, sumado a un stocks ajustado, se ha traducido en incremento de los precios.