Ser papá es una tarea difícil en estos tiempos. Encontramos muchos cambios en el ejercicio de este rol debido a los cambios sufridos en el mundo entero. La revolución femenina ha traído consigo mujeres fuertes que continúan siendo las figuras centrales en la crianza y en el hogar. A pesar de esto los padres jóvenes tienen más presencia y comparten las responsabilidades de la crianza de sus hijos. Hoy encontramos una exigencia clara hacia los hombres, que sean mejores padres. Anteriormente el papá estaba más ausente y esto se toleraba con facilidad, debido a un respeto de autoridad. Hoy sabemos que el papá es tan importante como la mamá en todos los aspectos de la familia.
Publicidades color pastel, películas hollywoodenses, libros de autoayuda, charlas específicas y consultas a profesionales están a la orden del día a la hora de dar un mensaje acerca de la paternidad. En ese intento nos encontramos con el valor más importante y difícil de ejecutar "el Amor’. ¿Será que el reloj nos corre para detenernos un minuto y solo dar un beso o un abrazo? ¿Será que nuestra mente llega agotada para poner calificativos como comprensión, paciencia, entendimiento a los hechos cotidianos? Miles de escrituras dicen a los cuatro vientos que: ¡Hay que detenerse! Pues se trata de una creación propia que es la que más valor encierra en diferentes razas, idiomas y lugares en el mundo. "Es nuestro hijo’.
El rol del padre en estos días ha cambiado al compás de los tiempos, pero se debe ser realista de la gran gran creación: "que ser padre es una buena noticia y la otra es reflexionar cómo somos en este rol". Hoy los niños y adolescentes requieren de padres presentes, responsables y comprometidos en el acompañamiento del camino de la vida.
Todos los padres sueñan con hijos educados, respetuosos, que se esfuercen por lograr objetivos, que exploten sus talentos y, si pueden, después de todo eso, que sean felices. Sin embargo lo que muchos no ven en medio de esto, es la necesidad de "plantar el tutor al lado del retoño”.
Es una figura que imparte disciplina, pone orden y da seguridad a sus hijos. Hay una protección especial que la da solo el papá. Los hijos para crecer armoniosamente necesitan también de la aprobación del padre. Las niñas necesitan ese amor aprobatorio del padre para luego sentirse seguras y atractivas como mujeres. El hijo varón necesita un papá que sea su héroe, su personaje especial, al que después tratarán de imitar.
Papá es importante y hoy, más que nunca, es necesario tener estas dos figuras tan diferentes que nos guían en nuestros roles futuros. Papá y mamá deben compartir funciones alrededor de los hijos.
Lo que sí es claro es que papá no debe competir con mamá y mamá debe abrirle un espacio a papá. Cada uno tiene un rol protagónico en la vida de los hijos.
Pese a esto aún hay ausencia de la figura paterna. Esta es una mala tradición que ha dejado hijos con carencias importantes y sin modelos positivos que emular. Desafortunadamente las estadísticas muestran que el 75 por ciento de los delincuentes jóvenes crecieron sin padre porque éste decidió evadir su responsabilidad.
La exigencia y la necesidad de papás presentes y comprometidos va en aumento. Ojalá nuestros hombres se fortalezcan y puedan cumplir de manera cabal con este mandato a esta generación de hijos.
