Eduardo Sigalat, el único y principal sospechoso del brutal asesinato de su mujer Lucía del Carmen Arancibia, dijo ayer que no sabía por qué estaba detenido y "no se acuerda" qué sucedió la madrugada del asesinato en su casa de Villa Urquiza, Santa Lucía. Es más, aseguró que en ese momento se enteraba que su esposa estaba muerta. Esto fue durante su indagatoria por el delito de homicidio en el Cuarto Juzgado de Instrucción, después de que fue dado de alta del Hospital Rawson.

El changarín, de 44 años, tenía la mirada perdida cuando entró esposado y custodiado ayer al mediodía al juzgado del doctor José Atenágoras Vega. Era la primera vez que se lo veía, desde el 19 de septiembre pasado cuando quedó internado tras intentar ahorcarse en el fondo de su vivienda. Aquel día, Sigalat denunció en la Seccional 29na. que su mujer Lucía del Carmen Arancibia, de 32 años, se había marchado a raíz de una discusión. Instaló la versión de que se fugó con un amante, mostrando como prueba un mensaje de texto que recibió en su celular -supuestamente enviado por su esposa- en el que confesaba su partida con otro hombre. Lo extraño fue que la moto de Lucía apareció dentro de un canal, eso despertó sospecha en la policía. A las dos horas de salir de la comisaría, Sigalat quiso suicidarse y acabó en el hospital.

Al otro día, hallaron el cadáver de Lucía Arancibia en un desagüe a más de 3 kilómetros de su casa. La habían matado a golpes en la cabeza. Los rastros y los elementos secuestrados, reforzaron la hipótesis que fue asesinada mientras dormía en su dormitorio y que trasladaron su cuerpo en un carrito hasta el desagüe. Eso llevo indefectiblemente a Sigalat.

Todo esto le fue leído ayer como parte de la imputación en su contra, pero él como que se mostró sorprendido, dijeron fuentes judiciales. Habría dicho que se enteraba del fallecimiento de su esposa por boca de los empleados judiciales y "no se acuerda de nada", comentó un allegado a la causa. Todo lo que dijo en esa casi hora y media que estuvo declarando, fue en ese sentido. Y es que también señaló que desconocía de por qué estaba internado y detenido. Contó que se dio cuenta de la marca en su cuello (por intentar ahorcarse) cuando se miró al espejo y un médico le explicó había querido suicidarse. En definitiva, se desentendió de todo. En una parte de la indagatoria se le preguntó cómo era la relación con su esposa -tiene 3 hijos- y él respondió "regular".

Su defensor, el abogado Ricardo Moine, comentó que esperaba ver los informes psicológicos y psiquiátricos de Sigalat. "Hay que averiguar si realmente es imputable o no, y si al momento del hecho estaba en un estado de inimputabilidad. Entiendo que es muy difícil, por no decir imposible, ejercer el derecho de defensa de una persona que tiene una laguna mental muy grave", explicó. Ahora bien, mientras deciden la situación de Sigalat, seguirá preso en el Penal de Chimbas a donde ayer fue trasladado.