Todo comienza al realizar las compras en el supermercado o en la feria. El primer paso es saber elegir el proveedor (buena mercadería y precio razonable). El segundo es seleccionar la canasta diaria o semanal con un criterio razonable. Si conocemos los alimentos y sabemos qué aportan, en el changuito o en la canasta habrá un 53% de hidratos de carbono complejos, un 17% de proteínas y un 30% de grasas.
Una lista hecha en casa, ayuda, pero no debemos tomarla al pie de la letra. Conviene aprovechar las ofertas y cambiar el listado, con reemplazos necesarios pero sin perder de vista los porcentajes y teniendo en cuenta la pirámide nutricional.
Productos frescos, hortalizas, frutas, carnes y pescados, así como una cantidad de lácteos descremados, son la prioridad. Frutas secas, panes integrales, alimentos orgánicos y un buen aceite de oliva, completan una compra inteligente. Al mirar nuevamente el carro, tiene que dejar una primera impresión: poca cantidad y mucha variedad. Investigar qué hay detrás de un nuevo producto; no porque sea novedad, es garantía de bueno. Se aconseja leer las etiquetas con atención y observar la composición nutricional. Si compra cualquier cosa, su estómago y el de su familia comerán cualquier cosa
Esto sí
-Vencimiento
Fíjese siempre en la fecha de vencimiento de todos los productos que adquiera. Y con más razón si los compra en un negocio con poco movimiento de clientes.
-Cantidad Justa
Calcule cuánto va a comer y cuándo va a realizar su compra, especialmente de productos frescos. Si tira algo podrido, es que no ahorró mirando precios.
-Tómelo con calma
Tenga en cuenta que está comprando productos de los que depende su salud y la de su familia. No se trata de hacer esto a las apuradas.
Esto no
-No entre a cualquier pescadería, carnicería, verdulería o pollería. Asegúrese de quien vende, sea un pequeño almacén o una gran cadena de supermercados.
-No vaya al supermercado si tiene hambre. Esto hace que se tiente con productos no saludables. Es mejor comer algo antes de salir. Su figura y su billetera se lo agradecerán.
-No compre productos congelados. Al menos que los consuma enseguida o vayan rápido al freezer. Romper con la cadena de frío reactiva los microbios y enzimas naturales de los alimentos que el congelado inactivó.
Productos orgánicos
Es verdad que son más caros, pero son recomendables. No contienen residuos agroquímicos, porque no le agregaron conservantes ni colorantes, tampoco fertilizantes, plaguicidas y hormonas, (todos tóxicos para el organismo). Su mayor precio se justifica tanto por lo que no tienen, como por su valor agregado. Están identificados, hay menor oferta y su calidad está respaldada. Los certifican empresas privadas reguladas, habilitadas y controladas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), un organismo que depende del Ministerio de Economía de la Nación.
¿Qué mirar en la etiqueta?
Es esencial tener en cuenta varios detalles antes de comprar alimentos. Su etiqueta nos dice tanto de su calidad como de sus nutrientes.
Información nutricional:
¿Qué son las grasas trans?
Se producen como resultado de la hidrogenación de ciertas sustancias, como los aceites vegetales, para solidificarlas y emplearlas en la preparación de distintos alimentos (productos de copetín, margarina, etc.). Su consumo excesivo provoca aumentos en los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Los triglicéridos son un tipo de lípidos cuyo exceso es perjudicial para la salud. Puede pasar que un alimento libre de colesterol por su origen, termine aumentando este elemento por la presencia de grasas trans. En general, cuando un producto no las tiene, su fabricante se preocupa en destacarlo.
Celíacos y sin T.A.C.C
El 1% de los argentinos es celíacos, una enfermedad genética apodada la gran simuladora, porque sus síntomas se confunden con los del colon irritable. Los celíacos no pueden comer gluten de trigo, avena, cebada, ni centeno. Deben buscar alimentos cuyo envase diga: Sin T.A.C.C. (sin trigo, avena, cebada, centeno) o tenga ícono de la espiga de trigo cruzada.
