La primera guardia de honor a turno completo que tiene la Bandera Ciudadana empató ayer en protagonismo con la exhibición del estandarte que regresó a San Juan tras 195 años. Es que la insignia tiene una custodia permanente por parte de los efectivos del RIM 22 y la ceremonia de relevo se convirtió en la nueva atracción del Centro Cívico. El ritual militar se produce cada una hora y pese a la novedad ya empezó a ser esperado por la gente, para sacarle fotos o filmarlo (ver Paso a paso).

La guardia de honor la realizan dos efectivos de la Compañía de Infantería de Montaña A del RIM 22, quienes no pueden moverse ni hablar mientras se encuentren junto a la Bandera Ciudadana.

Ambos son relevados cada una hora y la jefatura de guardia está a cargo de un cabo; es decir que por día hay un equipo de cuatro soldados (que se van rotando) y un suboficial.

El cambio en la custodia tiene un movimiento estructurado, que se cumple así no haya un alma en todo el Centro Cívico.

‘La gente se sorprende por la ceremonia, porque le llama la atención. Y es muy respetuosa porque sigue todo en silencio’, contó Martín Molina, el cabo que ayer estuvo como jefe de guardia. ‘Hoy (por ayer) se empezó a correr la voz por el edificio y hay gente que empezó a bajar cada una hora para ver el cambio de guardia. Verlo por primera vez impacta mucho’, expresó Nicolás Andrada, el empleado de seguridad que tiene su puesto junto a la estructura que cobija a la insignia.

El de ayer fue el primer turno completo de la guardia de honor de la Bandera Ciudadana, pues cuando la colocaron el viernes pasado, la custodia comenzó pasadas las 13 y a las 19 se retiró.

Tras esa primera experiencia, coordinar acciones y hacer correcciones, el RIM 22 anunció que los relevos se harán cada una hora (el viernes pasado lo hicieron cada dos horas) y que la guardia de honor de la Bandera Ciudadana estará de 7,30 a 21,30, de lunes a viernes. Es decir, prácticamente todo el tiempo que el Centro Cívico tiene sus puertas abiertas (6,30 a 21,30).

DETRÁS DE LA CEREMONIA
Los soldados de custodia están en la llamada posición de descanso, es decir, con las piernas un poco abiertas y los brazos apoyados en los fusiles, cuyas culatas están afirmadas en el piso. Pero igual, esa postura durante tanto tiempo termina por cansar las piernas y hacer doler la planta del pie y también la espalda, confesaron los soldados.

En los descansos y hasta tanto terminen de acondicionar una sala reservada exclusivamente para el RIM 22 en el Centro Cívico, los efectivos permanecen en la oficina de los agentes de seguridad del complejo, en el primer subsuelo. Allí aprovechan para tomar agua, ir al baño o simplemente aflojar las piernas, hasta que se cumpla una nueva hora.

Si bien los custodios de la bandera no pueden hacer ningún movimiento en circunstancias normales, sí pueden actuar en determinadas situaciones. La principal está relacionada justamente a ejecutar la misión encomendada, que es proteger la insignia. Es decir que si alguien quisiera tocar la estructura o realizara alguna acción que pusiera en riesgo la bandera, los efectivos van a intervenir.

A su vez, si alguno de los soldados presenta alguna descompostura o indisposición mientras está en la guardia, inmediatamente será relevado por un compañero que se encuentre en el descanso. En tanto que si un efectivo sufriera, por ejemplo, los síntomas de un leve resfrío durante la jornada, también será reemplazado de inmediato. Y esto pasará simplemente porque no tiene permitido sonarse la nariz mientras esté como custodio.