Un robo fallido, una misteriosa fuente apodada “Garganta profunda” y micrófonos escondidos fueron los principales ingredientes de Watergate. Escándalo político (1972-1975) reveló actividades ilegales por parte de la administración republicana el presidente Richard Nixon durante la campaña electoral de 1972. El 17 de junio de 1972, dos jóvenes periodistas del diario The Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, saben de un misterioso robo en la sede del Partido Demócrata, en un edificio llamado Watergate, en Washington. Cinco hombres son encontrados con las manos en la masa: es sólo el comienzo del gran escándalo. Durante dos años, Woodward y Bernstein arman el rompecabezas de las revelaciones sobre el caso en parte gracias a su fuente ‘Garganta profunda‘ (‘Deep Throat‘). El Congreso se involucra porque rápidamente se establece un vínculo con el presidente Richard Nixon, antes de que las grabaciones de conversaciones -gracias a un sistema que él mismo había implementado en el despacho Oval de la Casa Blanca- terminaran de comprometerlo. Después de múltiples peripecias judiciales la implicación de la administración de Nixon se fue haciendo cada vez más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad del gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados. En agosto, la evidencia hizo que Nixon perdiera sus últimos apoyos en el Congreso. El 8 de agosto comunicó su renuncia al cargo de presidente al verificar que había perdido la ‘base política‘ necesaria para gobernar. Su vicepresidente, Gerald Ford, accedió a la presidencia e inmediatamente otorgó un perdón incondicional a Nixon el 8 de septiembre de 1974.
