Buenos Aires, 25 de septiembre.- La jueza porteña en lo Contravencional Rosa Parrilli, quien insultó y discriminó a dos agentes de tránsito, consideró hoy que no tiene que "pedir nada de disculpas" a las empleadas que procuraron cobrarle el acarreo del automóvil que se le había retenido por una infracción.

Por su parte, el gobierno porteño ratificó hoy el pedido de juicio político contra la magistrada, promovido por el ministerio de Justicia de la Ciudad, y el jefe comunal Mauricio Macri felicitó a las empleadas por su "educación y cumplimiento de su trabajo" frente a la agresión verbal de la magistrada.

"Yo no tengo que pedir nada de disculpas", enfatizó Parrilli en declaraciones a la prensa y agregó: "Si tengo que rendir algún tipo de cuentas, se las tengo que dar a las autoridades con competencia para pedírmelas".

"No sé lo que pasó y no sé lo que dije", sostuvo la jueza, para admitir luego que tiene "miles de multas que pagar".

Sin embargo, de inmediato, Parrilli se desdijo: "Yo no digo que tengo muchas multas", mientras trascendía que la magistrada tiene 29 infracciones, entre éstas faltas graves como pasar un semáforo en rojo.

En la tarde del 15 de septiembre, una grúa de la empresa SEC levantó al Volkswagen Gol de la jueza de la vía pública porque estaba estacionado casi en la ochava de la calle Rodríguez Peña al 400, en el centro porteño.

El vehículo fue remolcado a la playa de infractores situada cerca del Obelisco, en el subsuelo del cruce de 9 de Julio y Sarmiento, hasta donde arribó enfurecida la jueza a las 15.40.

La magistrada agredió de manera verbal a las dos agentes de tránsito del gobierno porteño encargadas del trámite de verificación de la cédula verde y licencia de conducir del usuario de un vehículo.

La empleada María Itatí Albe y su jefa, la responsable operativa Rocío Marlene Gómez, trataron de calmar a la magistrada.

"Tonta", dijo Parrilli a una de las trabajadoras, de acuerdo a una filmación de la oficina de tránsito, y preguntó luego con "quién" tenía que "hablar" para evitar el pago del acarreo, para dirigirse después a Albe.

"Señorita, venga acá, la que mando acá soy yo, no tengo que pagar como no pago nunca en la vida", remarcó la magistrada.

Una de las empleadas le pidió que no fuera "maleducada", en la esperanza de evitar una nueva agresión verbal. "Estás ante una jueza. Espero que no caigas nunca en mi jurisdicción porque te meto presa ocho meses", replicó Parrilli.

Una de las trabajadoras le comunicó que tenía que ver a un "controlador" para que evaluara su situación y la jueza expresó: "Yo no tengo que ir a ningún tribunal de Faltas, ya que a ellos, (por los controladores) también los mando yo. Qué alguien me acompañe al auto".

Poco antes de retirarse, la jueza gritó: "Todas morochas, ni una rubia contratan", para decir después a las empleadas que "les pagan 1.200 pesos por joder a la gente".

La magistrada concluyó al dirigirse a una de las empleadas: "Te hubiera metido un cachetazo por hacerme perder el tiempo, no te das cuenta tontita de que te dije que acá mando yo".

Luego, la jueza fue a ver a una controladora de Faltas, quien le perdonó la multa y el acarreo que se había negado a pagar.